JAMES Daniel nos había comentado a la abuela y a mí, que quería que lo acompañáramos a su nombramiento como Coronel, faltaban aproximadamente como dos días, yo no podía estar más feliz, así que acepte sin ninguna objeción, la abuela obviamente no se lo iba a perder. Se me hizo un poco extraño que se levantara y nos dejara a solas, casi nunca lo hacía, así que mire a Daniel, quien también me miraba a su vez, no sabía que se traía entre manos, pero seguramente no sería nada bueno, conociéndolo. —James, —guardo silencio —no sé cómo vayas a tomar lo que te voy a decir pero… —¿será que él dejará a mi madre?, no lo creo, todas estas semanas se veía que la habían pasado bien y que su amor progresaba. —¿Pero…? —al parecer su respuesta no me gustaría para nada. —Pero quiero que sepas que no

