Liah

3964 Words
Siempre he sido la chica callada, la que deja que su familia diga y disponga su vida, querían que fuera a la mejor escuela del país, pero decían que en la ciudad son muy liberales con ideas muy desarrolladas dónde la mujer tiene los mismos derechos y deberes que los hombres; algo que no está bien visto en este pueblo que se quedó en el siglo pasado por lo tanto tuve tutores privados hasta que llegó el momento de entrar a la universidad, algo que a mi familia no le agrado para nada, así que la única opción era estudiar desde casa, después de todo soy la hija mayor y el futuro de mi familia depende de mí. Mis padres me dieron permiso de estudiar en la universidad siempre y cuando fuera algo referente a los negocios de la familia, es decir administración ya que somos una de las familias más adineradas del pueblo junto a la familia Koller, que son los más influyentes de este pueblo y según dicen del país. Sé escucha hablar mucho de ellos afuera de la ciudad, lo sé porque me ha tocado viajar, pero muy pocas veces, debido a mi carrera. Resulta que estudie vía online, si como lo escuchan, internet, en este pueblo fue casi el fin del mundo, pero gracias a la familia Koller la gente ha sabido sobre llevar el tema, es sí con restricciones, algo absurdo. Ahora les cuento un secreto, si estudié administración de empresas, me gradué con honores; pero realmente mi pasión es el diseño gráfico, me encanta combinar textos con imágenes, marketing, crear páginas web y hacer ese tipo de cosas; y soy muy buena; no solo porque me gusta, sino porque también la estudie al tiempo que estudiaba administración. Las veces que decía que tenía que ir a la ciudad para tareas o cursos que me exigía la universidad de administración eran mentiras, me iba porque debía presentar proyectos que eran presenciales para poder graduarme en diseños. Mi tía Miriam, es mi mayor confidente ella me apoya y sabe mi secreto, es la única que tenía permiso para acompañarme, dice que tengo derecho a ser libre como mi hermana, a ella si la han dejado viajar a varios países, estudiar en la escuela del pueblo con todos los niños, a salir e incluso vivió un tiempo con mis tíos en España, según ella conociendo. Ya les hablaré de ella, el punto de todo esto es que al viajar y gracias al internet mi mundo cambio con respecto a lo que siempre se me enseñaron de niña, empecé a trabajar por internet y he hecho proyectos a grandes empresas nacional e internacionalmente, incluyendo la empresa de mi familia, aunque papá no lo sabe, me han pagado muy bien por ello, algo que me dio la libertad de abrír mi pequeño negocio en esta ciudad, un negocio de moda, algo que también me agrada, no tanto como a mí tía. Lo que no saben es que ese negocio también es mi oficina para hacer mis creaciones ya que en casa no soy tan libre, mis padres creen que ahí trabajo, algo que es verdad, sin saber que soy la dueña y a mi tía, le regalé la mitad de mi negocio porque de algún modo tenía que retribuir su apoyo incondicional. Mi tía dice que la tienda es de una vieja amiga que la nombró gerente, porque se la pasa viajando, así no está tan aburrida en casa y yo su asistente, su administradora junto con Emma mi mejor amiga, colega y socia en la empresa de publicidad y L&E; también está Myla que es la joven que contrato mi tía para que la ayude en la tienda de moda. Una joven de veinte años, que también quiere salir de este pueblo y hacer su mundo, la estamos ayudando, si la gente supiera dirían que en vez de ser las chicas más educadas y ejemplo a seguir para las demás seríamos las hijas de satanás, descarriadas y estaríamos desterradas de este pueblo. - ¿Liah dónde estás? Baja a cenar que la comida está lista - ese es mi llamado a la realidad. - ¡Voy mamá! - no les mentiré, no me gusta mentirle a mis padres, pero no quiero decepcionarlos por eso a veces hago lo que me piden y lo que no me gusta busco la manera más cordial y sensata de negarme. - Aquí estoy. Cómo es de costumbre mi padre ya está sentado en la cabeza de la mesa, mamá a su lado y mi tía y yo del otro. - ¿Qué tanto haces encerrada en tu cuarto? - me pregunta papá, con ese tono fuerte y arrogante. - Leía sobre unos informes de la empresa, los que me diste para analizar. - Cierto, ¿cómo vas con eso? - Ya lo terminé, creo que la propuesta está bien, pero se debe cambiar el diseño, que sea más original y que atraiga a todo el público. Nuestra familia se encarga de la creación y distribución de vinos y café de todo el país, lo que nos hace una de las familias más ricas e importante, junto con los Koller; de hecho somos socios en algunos negocios, papá y mi tío son los únicos que salen de la ciudad, mi tío vive afuera y es quién se encarga de las empresas internacionales y la que está en la ciudad, papá solo viaja en situaciones especiales, no le gusta salir de este pueblo retrograda, sin embargo, dejo que mi hermana si conociera el mundo, algo que nunca he entendido. - ¿Crees que debemos cambiar los diseños? - Si, papá si queremos vender este nuevo producto de vino tienes que hacer algo llamativo pero elegante, divertido, pero sofisticado; algo que le guste tanto a los jóvenes como los adultos; esos diseños y el lema son más para gente de tu edad. - ¿Me estás diciendo viejo? - No, te estoy diciendo que tú piensas para los de tu edad y yo para los de la mía así que debemos mezclar eso. - Puede que tengas razón. - Puede no, la tengo; acéptalo. - ¿En qué momento está niña se volvió más lista que yo? - Ya basta de negocios - interrumpe mamá - es hora de compartir en familia. - Voy a decirle a Liam que contacte a la empresa que nos ha hecho las últimas publicidades, son muy buenos. - sí, que lo somos. Desde hace tres años, Liam que es la mano derecha de mi papá en la empresa nos contactó para hacerles una publicidad y fue todo un éxito, desde ese momento le hemos hecho casi todas las marcas para los nuevos proyectos. - ¿Qué les dije? - dice mi madre y papá la mira con esos ojos de "no interrumpas", algo que hace que mamá baje la cabeza y aparte su mirada. Eso es algo que nunca me ha agradado, pero ellos se entienden. Yo no podría soportar que un hombre me trate así, no es que mi papá la trate mal o la maltrate, eso jamás, de hecho, nos mantiene como reinas, pero es un hombre que cree que la mujer nació para estar en casa, casarse, tener hijos y mantener a su esposo. Si me ha dejado a mí, estudiar y participar en los negocios es porque nunca pudo tener hijos varones y alguien debe saber el manejo de la empresa, aunque siempre a dicho que el día que me case debe ser con un hombre bueno, inteligente y de negocios para que pueda manejar la empresa, eso sí bajo contrato que todo lo que vienes solo le pertenece a mi hermana y a mí, por si quiere un hombre pasarse de listo. - Está bien mujer, dejaremos de hablar de negocios. - Solo eso pido, más bien les tengo una buena noticia. Mañana llega Kira. - ¿Ese milagro?- dice mi tía con sarcasmo - esa niña le encanta estar en un avión por todo el mundo. Hace años que no se le ve la cara por aquí. - Siempre tan sarcástica cuñada - responde mi madre.- resulta que quiere venir a estar con la familia, ya ha pasado bastante tiempo, ya va a cumplir los veintitrés años es hora de formar su familia. - ¿Se quiere casar? Eso sí es sorpresa - vuelve a interrumpir mi tía - con esa vida tan… viajera, pensé que sus ideas eran otras. - Hermana ya - opina papá - Kira es una niña que, aunque ha viajado y ha vivido fuera de esta ciudad, tiene muy bien inculcado sus raíces, conoce las reglas y la tradición de este pueblo; y mi hermano ha sabido cuidarla bien. - Nadie dice lo contrario Lois, pero es raro que una niña que prácticamente ha estado fuera de esta ciudad por más de cinco años y viajado por el mundo quiera regresar. - En eso mi tía tiene razón, todos los jóvenes que se han ido de este pueblo son muy pocos los que han regresado a vivir, y conociendo a mi hermana eso es muy raro. - Yo no veo nada de malo que mi hija quiera regresar a casa, además no es la única persona que regresa. Me enteré de que el nieto mayor del señor Koller también vuelve. - Eso sí es mucho más raro todavía - dice mi tía - ninguno de ellos ha pisado este pueblo desde que eran niños. - En eso te apoyo Miriam, aunque creo que el señor Nelio en vista de su edad ya quiere ver a quién de sus dos nietos darle el poder para manejar sus negocios - opina mi papá. - Creía que ya sus nietos manejaban los negocios - digo sin pensar, no soy de las que opina sobre asuntos externos. - Así es hija, pero su hijo Emilio murió hace seis meses y ahora tienen dos nietos herederos. - No entiendo, su hijo iba a heredar todo su imperio y este a su vez iba heredar a sus hijos que son los nietos del señor, ¿no es más fácil heredar a los dos por igual? - El señor Koller nunca ha querido dividir su fortuna, por eso solo tuvo un hijo, ahora se ve envuelto en esta decisión. - Sigo sin entender porque se complica, entonces que heredé al mayor ¿No? - Ahí está el dilema, es que los dos son muy buenos empresarios, trabajadores, con ideas parecidas a las nuestras, pero uno es más llevadero y el otro es más impulsivo, uno es más sociable, comprensivo y se ajusta un poco a las reglas de éste pueblo mientras que el otro tiene un carácter de los mil demonios. - Sigo sin ver el problema. - El temperamento de uno de ellos, creo que del mayor es más fuerte, impositivo y no le gusta obedecer, eso complica su trabajo además creo que no le gusta esté pueblo. - No sería el primero, creo que tío Nelio está complicando las cosas. -No entiendes hija, son cosa de hombres - lo que significa que debo hacer silencio y dejar de opinar. -Dicen que es un hombre muy guapo - mi tía siempre viendo el lado positivo de las cosas - fuerte, que tiene una mirada que derrite a las mujeres y muy inteligente. Eso es difícil de conseguir ahora, sería un buen partido para contraer matrimonio. - Mientras que no sea conmigo - digo bien claro. - ¿Es que te quieres quedar para vestir santos? Sola y olvidada, ya mis amigas dicen que se te fue el tren, y que no te vas a casar.- mamá y su qué dirán. - En eso estoy de acuerdo hija ya es hora de casarte tienes veinticinco años, que esperas. Liam es un buen partido. - No me agrada ninguno los de este pueblo todos son…- machistas, arrogantes, con ideas trogloditas, pero no puedo decir nada de eso - no son mi estilo. - Ninguno es tu estilo. - dice mi madre.- ahora que llegue tu hermana y nos dediquemos a buscarle un buen candidato, veremos si también te encontramos algo a ti; porqué me tienes que ayudar a conseguirle un buen esposo. - ¿Yo? ¿Por qué yo? No me metas en eso, para eso estás tú, mi tía y mi madrina, a mi no me incluyas en ese plan. - Claro que sí, eres su hermana, eres sensata, con buen criterio e inteligente, conoces a los hombres de este pueblo y sabrás escoger bien. Lo que me faltaba, ¿Ahora como me salgo de este problema? - Mejor esperamos que Kira llegué y una vez que ella decida que hacer, veremos ¿Te parece? - es lo mejor que se me pudo ocurrir en este momento. - No está mal la idea - interrumpe papá - así mis dos hijas se casan de una vez. - ¿Te quieres deshacer de mi papá? - No mi pequeña, pero es hora de que ya hagas tu vida, que consigas a un buen hombre y me des nietos. Algo que no está en mis planes por ahora y nunca, santo Dios dame luz y paciencia para no explotar. Después de esta conversación tan divertida, terminamos de cenar entre chismes del pueblo, ideas locas de mi madre sobre mi hermana, chistes de mi padre y así sucesivamente hasta que llegó la hora de dormir. Aunque mi madre está tan excitada con la llegada de Kira que dudo que pueda dormir, y conociendo a mi hermana espero que no traiga problemas que hagan revolucionar está casa. -*- Lo malo de vivir en una familia como la mía además de esas ideas tan trogloditas que tienen de pensar es que cuando se les mete una idea en la cabeza no hay quién los haga cambiar de opinión por más que uno lo intente; sobre todo si es mi madre. - ¡Liah! - entra gritando Emma a la oficina. - Menos mal el nombre no se desgasta porque ya estaría arruinada, ¿Por qué gritas? - Nos llamaron de la empresa de tú padre para hacer otro diseño, uno de café y otro de vino. - ¿De café? Esa no la sabía, la de vino sí; y lamento no haberte informado me avisó fue ayer en la noche. - Mujer, un día de estos vas a hacer que mi corazón se detenga del susto. - No sé porque te alteras cada vez que nos llaman, llevamos años trabajando con ellos. - Porque son tus padres, mis padrinos y si se enteran de que somos nosotras nos fusilan en la plaza central. Mi tía entra a la oficina con un par de café y galletas, como siempre tiene que estar comiendo algo. - ¿Cuál es el escándalo niña? - Emma está imaginando nuestro fusilamiento en la plaza central si mi papá se entera que trabajamos para él. - Que exageración, no creo que lleguen a la plaza siquiera.- me río de las ocurrencias de este par. - Ya dejen los nervios, cada vez que nos llama Liam haces el mismo escándalo y nunca pasa nada, mejor observa la publicidad que hice. Emily lo observa y le gusta, es algo llamativo pero elegante, use colores rojos casi vinotinto y blanco con dorado. - Está hermoso, ¿Crees que les guste?¿Y el del café? - No sabía que deseaba uno para el café, hasta lo que se solo va a haber un lanzamiento para la cosecha de vino, voy a indagar, pero lo haces tú. - ¿Está viendo doña Miriam?, ella nos mete en esté problema y yo debo resolver, te recuerdo que yo me encargo de las relaciones públicas tu del diseño. - Y te recuerdo que está es una sociedad y estudiaste lo mismo que yo. Además, tienes ideas maravillosas. - Ideas que se me bloquean cuando se trata de tu padre, pero está bien lo voy a intentar si no les agrada lo haces tú. Ahora me dices ¿cuál es el revuelo que hay en tu casa? Mi madrina está desde esta mañana correteando por toda la ciudad con sus amigas de la sociedad, dice que tiene una fiesta mañana en la noche. - ¿Tenemos fiesta? - le pregunto a mi tía que está igual de sorprendida que yo. - Juro que no sé nada de eso, pero conociendo a mi cuñada ya me imagino los motivos de esa fiesta. - en eso escuchamos que se abre la puerta de la tienda y unos minutos después entra Myla. - La tienda está al tope de gente, quieren vestidos.- las tres nos miramos. - Tu madre nos va a hacer trabajar - dice mi tía - haber niña, vamos y dejemos a estas mujeres trabajando. - No entiendo, por qué tanto revuelo. - Mi hermana llega hoy al país o a la ciudad. - ¿Tu hermana? ¿La misma hermana que conocemos? ¿Kira? - No tengo otra. - ¿Por qué tú hermana la reina de los viajes decide regresar? La última vez que la vimos dijo que no regresaría a este pueblo del siglo diecinueve. - Eso mismo pensé yo, pero según mi madre quiere honrar nuestra tradición, y quiere estar con la familia. No se si tengo permitido reírme, pero lo haré - se ríe con sarcasmo - sabes que eso no tiene sentido, ¿qué trama? - Démosle el beneficio de la duda, después de todo no es mucho lo que pueda hacer en este pueblo. - Tienes razón, por eso lo digo; tu hermanita algo se trae; mejor ocupémonos del trabajo, ya veremos qué sorpresa trae tu hermana, porque no creo que se acople a esta ciudad. - Lo único que espero es que no traiga problemas. Dejamos a mi tía y Myla trabajar en la tienda mientras que nosotras estábamos en el nuestro, teníamos unos proyectos que terminar. Llegada la tarde que mi tía y Myla entraron agotadas a la oficina ayudamos un poco a despejar las últimas clientas. - Dios, es increíble que nos enteremos que hay fiesta en nuestra casa por chisme en vez de que tu madre nos diga. - Ya que le vamos a hacer tía, mejor vamos a casa y si papá dice algo es culpa de mamá. - Ya me la imagino, tirando la casa por la ventana. Cerramos la tienda y fuimos a casa, cuando llegamos todo está hecho un caos, hay ruido por todos lados, maletas, risas; algo poco inusual en casa; entramos hasta el recibidor y encontramos a mi papá, mi mamá y Kira en risas. - ¡Al fin llegan! ¿Por qué se demoraron tanto ? - pregunta papá. - Resulta hermano que la tienda estuvo hasta este momento con clientes en vista que mañana tenemos fiesta y no sabíamos. - Eso es culpa mía - dice mi madre. - Ya lo sabemos, cuñada a la próxima avisa. - Al parecer mamá me tenía una fiesta de bienvenida, eso es grandioso - dice Kira quien se levanta y saluda a mi tía con un beso y abrazo - te extrañé mucho, tía te traje un regalo y a ti también hermanita. Me saluda igual con besos y abrazos. - Gracias, Kira; no espere que te acordarás de mí. - le dice tía asombrada. - Gracias, me alegra que hayas llegado bien del viaje.- le respondo. - Si, estuvo algo agotador pero estoy acostumbrada así que no hay de qué preocuparse ¿y ustedes cómo han estado? - Muy bien, trabajando en la tienda o en la empresa con papá. - Si, mamá me dijo que ha tía la nombraron gerente de una tienda y que tú la ayudas, eso es muy lindo de tu parte. - Nada del otro mundo, pero tú cuéntanos de tus viajes y esa sorpresa de querer regresar.- le dice mi tía mientras yo miro el regalo que me trajo, es muy bonito, un collar de perlas que hace juego con unos aretes. - Uno se cansa de viajar constantemente y extraña a su familia, llegó la hora de volver a casa y aquí estoy. - Y nosotros estamos contentos de que regreses, por eso te vamos a dar una fiesta por todo lo alto, vamos a invitar a todos los chicos guapos y de buena familia para que mi hija encuentre el candidato correcto. - Yo estoy de acuerdo madre, es hora de cumplir con la tradición, aunque no tengo planes de casarme por ahora, pero si llega un buen candidato ¿Por qué no? - Creí que esperarías que llegara el nieto de los Koller- Interrumpe mi tía. - Si, pero es bueno que las niñas vayan viendo los prospectos. Kira me ve de forma extraña - es decir que tú también estás buscando prospectos hermanita, ¿Te quieres casar? - No, pero al parecer a esta familia le urge que esté casada - digo de mala gana. - Una fiesta de bienvenida y así tu hermana también te ayuda escoger a un buen, hombre - dice mi madre - ella tiene un buen juicio y los conoce a todos. - Me agrada la idea - mi tía y yo nos miramos y luego a ella. - ¿De verdad? - respondí - ¿No te molesta que te ayudé a ver? - No, eres la mayor, la más correcta, perfecta y tienes buen juicio, a penas sales de esta ciudad así que conoces a todos. Sabrás escoger bien. Duramos horas poniéndonos al día de las aventuras de Kira hasta que mis padres y mi tía se fueron a descansar, luego la acompañe a su habitación y la ayude arreglar sus cosas, mientras hablábamos. - ¿En serio no te molesta que mi mamá me haya puesto de chaperona? - No, ella tiene razón eres muy seria, reservada y con buen juicio y no creo que consiga pretendiente tan rápido en este aburrido pueblo. - ¿Admites que es aburrido? - la observó mientras está de muy tranquila recostada en la cama. - Siempre ha sido aburrido, todo a la antigua no creo que eso haya cambiado nada más porque hay internet. - Nos hemos modernizado un poco, no tanto como en las otras ciudades y países, pero algo es algo. - Si tú lo dice, igual mañana veré a mis antiguas amigas si es que queda alguna. La observó bien tratando de ver sus intenciones, tal vez si nos extrañaba. - ¿Por qué me miras así? Parece que no te agrada que esté aquí. - No es eso, es que me sorprendió mucho esa decisión, la última vez que nos vimos dijiste que no volverías nunca, que esta ciudad es anticuada y no soportarías durar ni una hora por eso nunca has vuelto y ahora estás aquí. - Uno puede cambiar de opinión Liah, la familia siempre hace falta y realmente los extrañaba, ¿y qué tiene de malo querer casarse y formar una familia? - Nada, pero no me imaginaba que querías eso. - Yo tampoco, pero ya vez la vida te sorprende. - Pero casarte con uno de aquí cuando has conocido a tantos hombres diferentes, con mentes más liberales. - Tal vez, pero no dejo de ser una chica de este pueblo - eso no lo creo ni porque lo vea. - Está bien, espero que no te arrepientas de volver, mis papás están muy felices y a mi también me agrada tenerte aquí. - Siempre, ya ve a descansar y gracias por ayudarme. - De nada, nos vemos mañana. Voy a mi cuarto a descansar y tal vez tenerla aquí no sea tan malo después de todo.
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