Las SOBRAS del Reino

Castillo Hundido

Arlon ha llegado al centro de la capital española, pasando por las principales avenidas y túneles que llevan hasta el lugar. Allí, bajo un predio moderno, en unas tiendas de finas ropas y objetos, pasan a uno sala en el subsuelo de una de aquellos ambientes comerciales.

Es la antesala a los espacios de la ciencia de la Real Virtualidad para inmersión en el pasado o hacia el futuro, aquí en Madrid.

Allí bajo sus pies y en el entorno de toda el área, se encuentra aún en excavaciones un Castillo medieval que habría quedado enterrado por cuestiones de que fue construido en un terreno que cedió con el paso de los años y acabó hundiéndose con todo su peso entre los años 1250 al 1350.

— Buenos días, estimado Arlon — le saludó el director del proyecto de rescate del predio monumental. — Le esperaba, pues se que usted, pronto deberá realizar la inmersión en el pasado tras la historia que nos compete. Es este el maravilloso encuentro. Una obra de arquitectura magnífica e ingeniería hidráulica sin cuestionantes ni paralelos. Es lo más moderno de la época. Pero lo interesante es que en realidad ya el castillo existía desde el siglo nueve, quiere decir, desde el año 800 después de Cristo.

El castillo se hundió debido a que la arcilla debajo del terreno pedregoso de tres metros de espesor, engañó de cierta forma, a los constructores, pues debajo se encuentra un yacimiento enorme de profundidad aproximada a 13 metros que recibe humedad a un 4 por ciento anual cada 30 años y esa situación aparte de una falla lógica del estudio empírico, realizado por sus constructores, provocó su hundimiento, que fue tan lento, y poco perceptible, que ni sus propietarios mismos o vivientes durante los posteriores siglos, se dieron cuenta... el proceso de hundimiento fue como un embrujo, y cuando se fue el enterrando por entero el castillo, en pocas semanas, apenas permitió a pocos, ver su desaparición del entorno de las colinas circundantes.

— Fantástico.

— Más fantástico e increíble es, que nada se perdió... las murallas, las torres, fueron lentamente tragados por la tierra, de tal manera que las torres inclusive, no quebraron ni cayeron. Todo está perfecto. La misma calidad y cualidad de la arena y arcilla, no ha sufrido en los siglos ninguna alteración de forma, que, no apretujó las estructuras ni tampoco se aflojó al punto de que las murallas y paredes hayan perdido el equilibrio interno para dehacerse paulatinamente en el subsuelo.

— Es digno de una investigaciones arqueológicas sin igual.

— Sí, estimado Arlon, pero más todavía, la cuestión histórica sin nada parecido en la arqueología ea que, los espacios internos, por algún motivo no entendible aún, están vacíos, no ingresó la arcilla, el barro, nada, de tal que, su interior se ha mantenido más de un milenio intacto. Como estuviera en un frigorífico, en un perfecto espacio frío, sin ser demasiado gélido, pero lo necesario para no permitir alimañas de cualquier género dentro de los recintos, al punto de mantener los objetos e inclusive el antiguo mobiliario, completamente sano.

— Me tiene usted cada vez más sorprendido...

— Hay otro asunto en medio de todo este milagro de la arquitectura mundial y la ingeniería u la arqueología, se suma la historia, cuya intervención suya, será por demás de valiosa: es reconocer a la familia que vivió aquí, los propietarios que mandaron construir y quiénes estuvieron cerca del suceso final, pues se había perdido todo vestigio de la misma, pues…

—¿Desaparecieron los vestigios históricos familiares?

— Mire usted señor Arlon: le entrego este fajo de pergaminos y cartas, está casi ilegibles algunos, pero hacen parte de un legado muy particular? Pareciera que no dicen nada, las letras parecen haberse hecho como claves, en otros, hay unas especies de diálogos y un relato de una llegada de algún personaje familiar, una mujer aparentemente, y pareciera que el hombre que figura en ese diálogo supuestamente escrito por alguien que estuvo allí en calidad de escribano o secretario de un hombre poderoso, posiblemente, un rey, el diálogo es muy interesante. También, hay otro aspecto muy invaluable: creemos que sea un rey visigodo, y que el documento tenga que ver con un posible heredero, un descendiente de ese rey.

El diálogo escrito, se pierde cuando hablan de otros posibles herederos, en una supuesta repartija de bienes... entre los que se menciona un predio en ruinas, abandonado, algo así y ese pórtico espléndido, de un palacio o un castillo, que puede ser? Por supuesto este precioso castillo...

— Me quedo cada vez más admirado con esta fantasía tan preciosa... parece desde ya un cuento maravilloso.

– Sí, es cierto, los aspectos que parece reclamar la mujer, son muy humanos y muy bellos, pero algo más fantástico aún, es que hablan de un reino enorme, tan valioso que provocaría el nacimiento de una heredad o un heredero o varios herederos que conformaban un reino vasto, gigantesco y muy muy afortunado. Entonces señor Arlon, tiene usted en sus manos este legajo, que de por sí vale millones. Encontrar los hilos, será muy digno y relevante, pero por cierto, difícil quizá, pues todo está enterrado aquí bajo nuestros pies, aquí mismo en Madrid, en esta circunvalación que comprende no solamente desde el siglo Cinco al siglo Trece, sino todo el tiempo de los magníficos reyes visigodos.

— ¡Amalaya!

— Señor Arlon. Que tenga el mayor éxito en este emprendimiento. Le entrego aquí y vaya con Dios y con toda la fe y el positivismo medieval. Adiós.

— Adiós.

— Arlon toma en sus manos el rollo de documentos, que le entrega el director de la excavación y el proyecto arqueológico, envueltos en un papel especial de celofán.

Le mira al legajo, con una leve sonrisa de satisfacción y agradecimiento.

Luego observa el espacioso hall de entrada al área del castillo, en el cual le han preparado un gran estudio ultra moderno en que se encuentra la máquina más moderna aún, que aquella utilizada para ingresar en el tiempo de la Atlántida y de la Ave Fénix y el Barón de Platino.