Capítulo 2

2244 Words
NARRA BRENDA   Desperté con la alarma de mi celular. Un nuevo día de trabajo. Me quise levantar, pero un peso en mi pierna no me dejó. Levanté un poco la manta, y pude ver la cabeza azabache de Tai, y claro, sentir cómo su saliva quedaba desparramada por mi muslo. -Tai…- intenté despertarlo por las buenas, moviendo solo un poco mi pierna, pero él no hizo ni el más mínimo esfuerzo - ¡Tai! – exclamé más fuerte, moviendo mi pierna bruscamente, y él quedó sentado en la cama de inmediato. -¡Oye! – se quejó él, para después, con cara traviesa, lanzarse a mí. Empezamos nuestra típica pelea mañanera de cosquillas, que casi siempre terminaba en lo mismo: una sesión intensa de besos, que no iban a más. No, por si se lo preguntan, Tai y yo aún no hemos tenido sexo. Si dormimos juntos en algunas ocasiones, pero aún no hemos pasado a esa fase de la relación. Ambos tenemos muy claro que queremos llegar vírgenes al matrimonio. Puede que seamos algo achapados a la antigua, pero es lo que queremos, y lo decidimos como pareja. -Tai, debo ir a trabajar – le dije, cuando vi que él no tenía intenciones de dejarme levantar de la cama. -Ummm…no vayas hoy – musitó él, abrazándome y no dejando despegar mi cara de su pecho – Bella es una de tus jefes ¿no? Dile que te despertaste indispuesta hoy. Tai hoy tiene el día libre, ya que ayer tuvo partido. Nuestros días libres no suelen coincidir. Mientras que la mayoría de trabajadores tenemos los domingos libres, los futbolistas como Tai tienen días libres entre semana, porque suelen jugar más que todo los fines de semana. Y hoy es un día de esos de entre semana que, mientras que Tai estará libre, yo debo ir a trabajar. -Hoy es el primer día de ensayos para la temporada de verano, y Bella y Gina han puesto mucha confianza en mí para darme el papel principal, no quiero defraudarlas – le dije a mi novio, y este solo rodó los ojos y me soltó – me iré a bañar entonces. -Yo prepararé el desayuno – dijo, levantándose con algo de dificultad de la cama. Lo vi cojeando un poco. En el partido de ayer, los defensas del Southampton le hicieron unas duras entradas a Tai que les hicieron ganar tarjetones amarillos. Mi novio no suele quejarse de los dolores musculares, así que nunca le prestan mucho cuidado los del cuerpo médico. Oh, pobre Tai…ha tenido que cargar con la responsabilidad de ser el capitán encargado del United. Jeremy aún no se ha incorporado al equipo del todo. Después de las cosas horribles que le hicieron los Delebois hace menos de dos meses, ha estado en recuperación, tanto física como psicológica. En su cuerpo quedaron marcas horribles, y eso es lo que no quiere que la gente vea. Claro que ha continuado con la actividad física, va a los entrenos y juega algunos partidos no importantes con la cantera del club, pero lo más probable es que no vuelva oficialmente con el primer equipo sino hasta la próxima temporada. Así que el papel de capitán lo ha tenido que volver a asumir mi Tai, y bueno…le ha tocado muy duro, pero en algo le ha ayudado Felipe Ramírez, que sorprendentemente ha logrado entablar una gran amistad con mi novio, cuando al principio el colombiano había rallado con todo el mundo, todos creían que serían de todo menos buenos amigos. Regresé entonces a mi habitación, esa en la que prácticamente ya no duermo, o cuando lo hago, es Tai el que viene y pasa las noches conmigo. Me duché, y mientras me peinaba en mi tocador, mi celular sonó. Es mi abuela, que suele llamarme todos los días. -¡Hola abue! – le contesté, poniendo el celular en altavoz para poder seguir peinándome. Mi larga cabellera requiere de tiempo. -Buenos días, querida mía – dijo ella. -¿Cuántas veces te he dicho que no tienes que madrugar tanto solo para poder saludarme? Puedes llamarme en la noche – le dije, y es que cabe recordar que en USA están atrasados 6 horas con respecto a UK, por lo cual allí en estos momentos es de madrugada. -Ya sabes que con esta edad, uno casi no duerme – dijo, con su tono de voz tan dulce - ¿cómo estás? ¿Cómo está tu marido? Ayer con tu abuelo  y tus tíos vimos el partido del United y notamos que le dieron un poco duro los defensas del otro equipo… -Abue, deja de referirte a Tai como mi “marido” – dije, y es que mi abuela (y casi todo el mundo) ya nos ven a Tai y a mí como si estuviéramos en un matrimonio de hecho, de esos en los que las parejas nunca se casan, pero sí que viven como matrimonio y hasta tienen hijos. -Pues viven juntos ¿no? – dijo mi abuela, riendo un poco. Mi familia es cristiana, así que ellos no veían con buenos ojos que yo me fuera a vivir con un hombre sin casarme, pero dado que ese hombre es Tai, un futbolista millonario, no han puesto problema alguno. Mis padres más felices no podrían estar, y las chismosas de mis tías incluso me han aconsejado embarazarme rápido para atar a Tai de por vida y que así yo “asegure” mi futuro. Qué súper consejo el de mis tías… -Sí, vivimos juntos, pero no es mi marido – dije, no queriendo recordar las muchas veces que Tai se ha referido a mi ante sus conocidos como “su mujer”. -¿Y se están cuidando, verdad? Porque aún son muy jóvenes como para ser papás… -¡Abuela! – exclamé, totalmente apenada. Suficiente he tenido con que mis padres me hayan obligado a planificar, cuando aún no tengo vida s****l activa. -Ok, no te quito tiempo querida mía, que te vaya bien en tu ensayo. Ya habiendo terminado de hablar con mi abuela, terminé de arreglarme y salí de la habitación, para luego encontrarme en la cocina con un concentrado Tai, que se estaba esmerando en hacer unas tortitas. Él suele ser bueno en la cocina…pero solo preparando platillos chinos, porque vaya que con los platos americanos le va un poco mal. -Creo que con un café estaré bien, comeré algo en el camino – dije, al ver la hora en el iWatch que él me regaló – se me está cogiendo el tarde. -Ay, en serio lo siento – se disculpó él, haciendo un adorable puchero mientras veía las masas mal hechas de tortitas – te compensaré con la cena, lo prometo. -No te preocupes, oppa – le dije, dándole un pico en los labios a modo de despedida – nos vemos más tarde. Me llevé entonces el café que alcanzó a hacer Tai en mi vaso térmico y me fui hacia el teatro en mi auto. Sí, tengo un auto, que fue regalo de navidad por parte de Tai. Al principio me negué a recibirle severo regalo, e incluso llegué a devolverle la llave varias veces, pero tras un tira y afloja, y sumado al hecho de que sí que necesito transporte particular, terminé cediendo. Es un lindo Audi A7 blanco. A mis compañeros de la compañía no les sorprendió verme en tal vehículo cuando lo empecé a llevar. Todos supusieron que me lo regaló Tai, y claro que los cuchicheos en los pasillos del teatro no se hicieron esperar. Todos dicen lo mismo. Que he tenido suerte al dar con un futbolista millonario, que me he ganado la lotería. Pero no me gusta que piensen en mí como una mantenida. Por eso estoy trabajando arduamente en publicar mi libro. Si, ese en el que revelo los más oscuros secretos del mundo del ballet. He estado enviado correos a muchas editoriales, pero todas dicen lo mismo: no quieren arriesgarse a publicar un libro que sin duda será muy polémico. Al llegar al teatro, vi a mis compañeros algo extraños. Un tanto, no lo sé… ¿emocionados? Todos estaban arremolinados alrededor del alguien. Me abrí paso entre todos, teniendo cuidado de no regar mi café, pero dejé caer mi vaso al suelo en cuanto vi a Brian. No, no sabía que él vendría. Sí sabía que en estos días él estaría llegando a Manchester, pero no me esperaba encontrarlo aquí, en el teatro, en el primer día de ensayos de la compañía. Obviamente corrí a abrazarlo. -¡Briiiiii! ¿Por qué no me avisaste que vendrías? – le pregunté, dándole un leve puñetazo en el hombro. -Quería darte la sorpresa – dijo, pellizcando mi nariz – y adivina quién será el nuevo coreógrafo… Le sonreí y lo volví a abrazar, pero durante el abrazo, deshice un poco mi sonrisa. Claro que me alegra tener a Brian aquí, con nosotros, pero me gustaría verlo como bailarín de nuevo, y no como coreógrafo. Sé que su rodilla nunca volverá a ser la misma, pero aún existía en todos nosotros algo de fe, queríamos volver a ver a Brian en las tarimas. -Has recuperado un poco de masa – me dijo Brian apenas me quité mi chaqueta térmica – te ves hermosa. Le volví a sonreír, esta vez falsamente. No, no me siento bien con mi cuerpo. Eso de haber sufrido de bulimia por muchos años deja secuelas, y aunque estoy comiendo mejor, no dejo de sentirme insegura. Y ver a Bella todos los días, con su perfecto cuerpo, aun cuando tuvo una bebé el año pasado, me hace sentir peor. Y la inseguridad con mi cuerpo también ha hecho que en mis momentos íntimos con Tai, no me deje tocar de a mucho por él. Cuando el c***o mete su mano por debajo de mi camisa y hace amago de querer acariciarme la cintura y el abdomen, quito su mano de inmediato. -Bienvenidos a todos, espero que hayan disfrutado de sus vacaciones – dijo Gina, una vez nos tuvo a todos reunidos en el auditorio. Yo, por supuesto, estaba sentada al lado de Brian y Bella. Yo quería hablar de muchas cosas con mi amigo, pero él, cuando está con Bella, simplemente se emboba. Yo solo me encogí de hombros. Nunca seré la principal amiga para él ¿podré algún día tener un mejor amigo, solo para mi solita? Porque los amigos de Tai no cuentan-. Espero que vengan con energías recargadas, porque esta temporada tiene que ser mucho mejor que la anterior. Como ya bien saben, haremos el ballet de La Cenicienta. Y ahora, llegaba el momento en que Gina revelaría quienes serían los afortunados bailarines que tendrían los papeles principales. En el pasado ballet, que fue el de El Lago de los Cisnes, no tuve un papel muy importante, pese a que Bella me había preguntado si quería ser Odette. No me sentí capacitada para ese papel, así que dudo que ahora me vayan a dar un papel importante para este ballet. -Brenda Hoyles será nuestra Cenicienta – anunció Gina, y yo quedé estupefacta. Todos voltearon a mirarme, Brian me abrazó para felicitarme, mientras que yo solo miré a Bella seriamente para pedirle una explicación. No, no me gusta eso de tener el papel principal. Tal vez es el sueño de todo bailarín, pero no el mío. Nunca me ha gustado ser el centro de atención. Y por supuesto que no quiero pasar por lo que han pasado muchas bailarinas que han sufrido los estragos de ser las protagonistas de un ballet. Precisamente de eso hablo en mi libro, y yo no quiero ser una de ellas. Bella será Anastasia, y mi compañero de baile en su papel como el príncipe será, por supuesto, Caleb. Ese chico originario de Liverpool es la sensación en toda Inglaterra. Debutó con su primer ballet en la compañía, como compañero de baile de Bella, y miles de chicas están enamoradas de él. Es guapo, muy guapo sin duda. Y corren los rumores de que ya se ha follado a la mitad de las chicas de la compañía. Después del extenuante día de trabajo, llegué a casa, en donde vi a Tai en la cocina, preparando un Won Ton Sopa, su favorito. Después de descargar mi bolsa de danza en el sofá, me acerqué y lo abracé por detrás, no distrayéndolo mucho, ya que cuando él se empecina en cocinar algo, pone todos sus 5 sentidos en ello. -¿Cómo te fue? – Preguntó, dejando la olla a un lado para voltearse y darme un pico en los labios – se rumora por internet que te dieron el papel principal. -Es cierto. Seré Cenicienta – dije, no con muchos ánimos, y Tai me miró fijamente, como queriendo leerme la mente. -No te sientes preparada para tener tu primer papel importante ¿no es así? Hice un puchero, y él apenas me abrazó y me dio un beso en la frente. Una de las cosas que más amo de él es que me entiende perfectamente, y lo más importante, no me juzga. -Ven, vamos a cenar. Tai sirvió la sopa y nos dedicamos a cenar, mientras él miraba la ESPN por el TV de la sala. Si algo me molesta es que tenga que ver TV mientras comemos, pero bueno. -Quiero hablar de algo importante contigo – me dijo cuando terminamos de cenar. -¿Qué sería? -Yo…uhmmm…bueno, cómo decirlo – dijo, rascándose la cabeza, en clara señal de nerviosismo – mis padres están insistiendo en que nos casemos.  
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