Sebastián y la decepción

1107 Words
En la noche por más que trataba de dormir no podía hacerlo, las imágenes de la muerte de mis hermanas se mantenían en mi mente repitiéndose una y otra vez, miré el reloj y me di cuenta de que el tiempo transcurría muy lento para mí, apenas había pasado una hora desde que me acosté y para mi pareció una eternidad. Al no poder conciliar el sueño y con la intriga del destino que tuvo mi familia me levanté de mi cama, tomé el libro y empecé a leer, al ir avanzando mi lectura de la historia de los caídos mi mente se atormenta y calma a la vez, se calma porque puedo saber que pasó con mi familia y se atormenta porque es algo muy triste para mí. Los días transcurrían y sin querer iba descubriendo la verdad sobre mi familia, descubría como murieron y lucharon para encontrarme, como liberaron a muchas chicas que iba a ser utilizadas para los experimentos, pero jamás pudieron encontrarme a mí. Damián trataba de evitar a toda costa que me acercara a Sebastián, pero no siempre lo lograba ya que a veces él y yo íbamos juntos a la cafetería, pero si nos encontrábamos con Damián sin disimulo alguno me alejaba de él y solía regañarme por acercarme a Sebastián y me pedía que me alejara de él. Un día que había llegado muy temprano a la escuela, eso era algo que nunca había pasado, al llegar pude comprobar con mis propios ojos como todo lo que me decía Damián de Sebastián era verdad, lo pude ver con muchas chicas besándose, casi de inmediato sentí como alguien me abrazó y trató de sacarme de allí era Damián quien me había llevado a otro lugar. - ¿Estás bien después de ver a tu Sebastián como en verdad es? - Si estoy bien, de todos modos, tú ya me lo habías advertido. - Pero nunca me hiciste caso. - Quien dijo que no, si lo hice, al menos el primer día- Le dije mientras sonreía. - Tienes razón. Después de esa conversación nos dirigimos a las aulas donde Sebastián se acercó a mi como si nada, le seguí la corriente como si yo no hubiese visto nada de lo que él hacía con las otras chicas. Ya en el receso Sebastián me invitó a comer, pero lo rechacé y le expliqué que a mí no me interesaba ser un juego para él. - ¿Una Omega como cualquier otra pretende acaso hacerse la difícil? - El hecho de que sea una Omega no quiere decir que me guste ser tratada como un juguete. - Las Omega no son más que instrumentos de satisfacción para los Alpha, al igual que instrumentos para repoblar la tierra y tú no eres más que eso, un juguete y siempre lo serás. - Si vuelves a tratarla de esa manera, no respondo de lo que sea capaz de hacerte- Damián sujeta el cuello de Sebastián. Sebastián al escuchar la advertencia de Damián inmediatamente retrocedió e intentó irse, pero él se lo impidió. - Tan básico como siempre Sebastián, siempre huyendo de lo que no puedes enfrentar, eres un completo cobarde- Al terminar de decirle eso lo soltó con brusquedad, Sebastián huyo del lugar dejándonos solos a Damián y a mí. - Nunca creí que tuvieras la fuerza para enfrentarte a él. - Me ofende que desconfíes tanto de mí Damián. - Me alegra que por fin te des cuenta de cómo es en verdad Sebastián y te hayas enfrentado a él. - Lo dices como si hubieses creído que nunca lo haría. - Pues en verdad creí que no serias capaz. - En ese caso vez que sí, ¿entonces nos vamos de aquí? - ¿Quieres que te acompañe a tu casa? - Claro no tengo ningún problema. Damián y yo íbamos de camino a mi casa cuando nos encontramos con Katherine y Diego quienes al vernos juntos se sorprendieron mucho, ellos se acercaron a nosotros: - ¿Acaso ustedes son pareja? -Dijeron al mismo tiempo. - Por supuesto que no- Grité sin querer al sentirme avergonzada por lo que dijeron. - Ya déjala tranquila, acaso crees que yo entablaría una relación con ella Diego- Dice Damián en respuesta. - Lo mismo digo entre nosotros jamás podría pasar algo más que una amistad- Respondo sinceramente, en este momento no me veo en ninguna relación que no sea de amistad. - Bueno eso no importa, Valentina tenemos que ir a un lugar lo antes posible las dos así que me acompañas- Katherine me dijo eso mientras me tomaba de la mano para llevarme a casa, nos despedimos de los chicos. Al llegar a casa Katherine se apresuró a preparar la comida mientras yo me arreglaba para salir, Katherine se veía algo inquieta por lo cual algo me impulsaba a pensar que algo malo ocurría. - ¿Pasa algo malo Katherine? Tu expresión me preocupa. - No pasa nada grave. - Entonces porque tienes esa cara de preocupación. - Es que hoy tengo que llevarte al laboratorio los científicos que experimentaron en ti me pidieron que te lleve de inmediato y eso me preocupa un poco. - Bueno, pero si ese es el caso no lo sabremos hasta que vayamos. - Tienes razón es mejor irnos ahora. Ya en el laboratorio los científicos me recibieron y me realizaron varios análisis, tardaron mucho tiempo en llamarme para darme los resultados de estos, una vez todos los científicos habían llegado a un resultado me llamaron y me dijeron: - Bueno Valentina hemos analizado los resultados de tus exámenes y te explicaremos lo que tienes, no es nada grave, durante el tiempo que estuviste criogenizada tu desarrollo como Omega ha sido muy diferente al de los demás por lo cual tu cuerpo tardara en acostumbrarse, una de las dificultades que tendrás es tu celo- Me explica de manera calmada. - ¿En qué se verá afectado? -Pregunto rápidamente. - Por lo general las Omegas tienen su celo cada mes, pero tu podrías tenerlo cada dos semanas hasta que tu cuerpo se acostumbre por completo. - ¡¿Cada dos semanas?!- Digo exaltada. - Si, lo es, pero solo será hasta que tu cuerpo se acostumbre- Lo dice como si buscara calmarme. Al salir del laboratorio, me despedí de Katherine y me fui a un lago que se encontraba a las afueras de la ciudad, ya en el lago me recosté en el césped y me relajé, estaba muy nerviosa por ir al laboratorio fue ahí donde conocí a Margarita, una Beta muy bonita de mi edad la cual estaba embarazada.
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