—Y —respondió Sophie—, si podemos convencer a nuestra gente de que deberían enorgullecerse más de la calidad del queso Klippenberg, tal vez no estén tan dispuestos a comprar sustitutos más baratos. Sophie notó cierta sorpresa en los ojos del Ministro Gugel. —Déjame que mi gente revise esto y veamos si podemos encontrar algo que tenga sentido. Esta podría ser una buena manera de darles a todos lo que quieren. —Gracias —respondió Sophie, algo impresionada consigo misma. Notó que Frederic la miraba con otros ojos, con más respeto por ella, y no solo por el título que heredó. —No, gracias, Gran Duquesa. —Esperaron a que ella se levantara antes de hacerlo, y a que saliera de la habitación antes de seguirla. Sophie no pudo resistir la esperanza de que Frederic la estuviera vigilando. *** M

