Tus bebés no quieren que te lastimes más.

1180 Words

Celeste se despertó con el olor a tocino salado y panqueques dulces. Inconscientemente se levantó de la cama para seguir el olor. —Buenos días —Zeth saludó a Celeste con una gran sonrisa en su rostro. —¡Buenos días, mami! —exclamó Zeus. Estaba en los brazos de Zeth mientras Zeth preparaba el desayuno. Celeste parpadeó para despertarse. —¿Qué haces aquí tan temprano? —dijo inexpresiva. —¿Qué quieres decir? Llegué a la hora indicada. Ya son las 8 de la mañana —señaló hacia el reloj. Celeste miró el reloj y maldijo en su mente. Mierda. Ella se quedó dormida. —Por cierto, ¿te sientes mejor ahora? De repente sintió una mano cálida sobre su frente, haciéndola saltar de sorpresa. Miró a Zeth y vio que él la miraba preocupado. Se aclaró la garganta y asintió con la cabeza. —Sí, estoy bie

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