Zeth miró dos veces ya que no podía creer lo que acababa de salir de los labios de Celeste. Él la miró, sin palabras. Celeste se rió entre dientes y se acercó a él, llevando sus manos para tocar sus dos mejillas. —¿Por qué no dices nada? Zeth abrió la boca para decir algo, pero rápidamente los cerró cuando no pudo encontrar las palabras correctas. Celeste inclinó la cabeza hacia un lado con una amplia sonrisa. —Supongo que estás sorprendido. —¿Todavía estoy soñando? —Zeth se preguntó a sí mismo. Celeste negó con la cabeza. —No, tonto. Esto es real. ¿Estás diciendo que sueñas conmigo? —Todas las noches —murmuró sin pensar. Los ojos de Celeste se abrieron con sorpresa. —Wow. Nunca esperé eso de ti. Zeth negó con la cabeza y reunió sus caóticos pensamientos. Sostuvo las manos de C

