Quenra: La Mina de Esclavos

2518 Words
Solo dos días después de que Erick llegara a la ciudad de Haldor, David arribo a la mina de Quenra, con gran cantidad de esclavos acompañando su viaje, en el grupo de esclavos no había más gente de su edad que él, lo que hacía que se sintiera mas solo de lo que ya se sentía, en todo el viaje solo hablo un poco con los esclavos, les saco un hola casual a alguno, pero nadie quería hablar de nada. La atmosfera en toda la travesía fue deprimente, todos tenían expresiones vacías en sus rostros como si las ganas de vivir se les hubieran ido, y mientras pasaban por planicies que luego se fueron convirtiendo en intrincadas montañas que a su vez estas se volvían cada vez más blancas, varios desistieron de seguir con vida suicidándose con cosas que encontraban, ya sea plantas venenosas o algún fragmento metálico que volvían cuchillo, esto paso día a día, lo peor para David es que nadie reaccionaba a aquello, todos veían el terror como algo que debía pasar en ese viaje, y así fue como llego, asustado, deprimido y con un sentimiento de soledad tan basto que ni siquiera pensaba que otra persona pudiera dirigirle la palabra. Al llegar a Quenra David vio un muro de grandes troncos de madrea con picos en la cima, al abrirse las puertas de madera, pudieron ver lo que había dentro, se vio varias casas de madera, y un gran puesto de madrea cerca del gran hueco que había en la montaña, era el puesto del gobernador de Quenra, lord Gerald le habían dicho a David, ni siquiera salió a ver que llegaban, lo único que paso fue que los guardias fueron metiendo a los esclavos a la mina por grupos a nada de llegar, no les permitieron echar más que un breve vistazo al asentamiento, pero lo que dejo en aun peor estado a David fue lo que uno de los guardias dijo “Vean el sol con detenimiento, no lo volverán a ver en mucho tiempo”. Al ir entrando en el túnel de la mina los esclavos fueron sintiendo el aumento de calor, poco a poco iban sintiendo más y más calor, era sofocante. La entrada estaba llena de troncos de madera empotrados en las paredes de la mina, estabilizándola. Mientras se adentraban más, la luz iba disminuyendo, llegado un punto solo se podía ver la luz de las antorchas que llevaban los guardias, la luz del exterior ya ni llegaba a verse, se podían ver varios caminos, como un gran laberinto que se bifurcada como nido de serpientes. Pasados un rato, luego de ir por diferentes caminos y estos a su vez dividiéndose en más caminos, llegaron a un gran espacio, era como una madriguera, una gran cueva de inmensas proporciones, allí estaban cientos de esclavos, y no solo eso, habían grandes bestias humanoides, David se asustó al verlos, pero al darse cuenta que no hacían nada, se quedó observándolos, tenían la piel de color Gris, dientes filosos, como de carnívoros, musculosos y llevaban grandes cadenas, se veía que también eran esclavos, ellos eran los encargados de llevar los suministros al exterior, pero no llegaban a ver la luz del sol. —Te dejo a estos Rangra, ah, me olvidaba, el jefe dijo que el bloque D necesitaba más producción, apúrate o vendremos a darles un escarmiento —dijo uno de los guardias a Rangra con aire de altanería, este Rangre era el jefe de los esclavos en el bloque D, era un hombre grande, musculoso y pálido, con una mirada intimidante, una postura encorvada pero que daba la impresión de que saltaría en cualquier momento, Rangra no respondio a lo que dijo el guardia, solo asintió y dejo que ellos hicieran lo que debían hacer. Habiendo hecho su trabajo la mayoría de los guardias se fueron, dejando a los esclavos allí sin casi supervisión, solo unos cuantos guardias que habían sido relevados, pero estos se dirigieron a unas casetas iluminadas y no volvieron a verse. —Hola basuras, mi nombre es Rangra, soy el jefe de los esclavos en este lugar, iremos al grano, aquí nos dan provisiones semanales de comida, yo y mis compañeros, los líderes de escuadra, las repartimos, dependiendo de cuanto trabajen se les dará de comer, así funciona este lugar, si desobedecen a sus líderes morirán, nada de revelarse, o los guardias vendrán y nos mataran a todos, si matan a un líder, ustedes morirán, ¿entienden basuras? —decía Rangra a los nuevos mientras se acercaba a cada uno de ellos tocándoles el rostro o dándole palmadas en la mejilla. —¡Si señor! —gritaron todos los recién llegados, no fue un grito potente, fue uno ahogado y agónico, pero eso basto para contentar a Rangra. De inmediato a David se le asignó un líder de escuadra, era Grum, el peor líder de escuadra de toda la mina, era gordo y grande, cosa rara ya que con las pocas provisiones no había forma de que alguien sea gordo, pero Grum daba poca comida a su escuadra, no importaba lo mucho que trabajen, y él comía ese excedente, y para colmo los esclavos de esa escuadra no podían ir contra de él, a pesar de que otros esclavos ya habían ido contra un líder de escuadra y habían podido salir bien, ya que Grum era el hermano menor de Rangra, este último no permitiría que su hermano sufriera o le pasara absolutamente nada malo, y en caso de que alguien le haga algo, él se vengaría de forma cruel y sádica, además tampoco había forma de quejarse con los guardias, ellos no se preocupaban por los esclavos, ni por quien mande o quién muera, ellos solo recogían los metales y los cristales, daban comida y si había un muerto lo sacaban para enterrarlo en la fosa común. Justo después de que Rangra había hablado, de inmediato los guio a una de las vetas para que comenzaran a trabajar, Grum llevo a su escuadra por unos túneles hacia la parte que a él le correspondía. —No vallan por otros lados, muchas partes de esta mina tienen gases venenosos, además si se pierden puede que no encuentren como salir, y si lo hacen después de varios días yo mismo los apaleare —decía Grum a todos preocupado de que mueran y no pueda conseguir su gran ración de comida. Trabajaron hasta estar cansados y no poder levantar un pico, no sabían cuánto tiempo había transcurrido, ya que sin el sol no podían calcular el tiempo, el único que parecía estar bien a pesar del calor y del trabajo era David, no sudaba, además aun después de toda esa jornada parecía tener bastante energía, esto alegro a Grum que creía que le daría bastante comida, David hasta ayudaba a los demás a excavar, además de cargar algunas veces las partes de los demás, pero cuando regresaron y ya era hora de la comida, Grum les dio poca comida, ellos observaron como los demás esclavos comían más que ellos, David le recrimino a Grum pero sin ninguna malicia, lo hizo con genuina preocupación e ingenuidad. —Disculpe señor, nos ha dado poca comida, hemos trabajado mucho y nos gustaría comer un poco más —dijo David suplicante al gordo Grum que lo miro con el ceño fruncido mientras se le caía la comida de la boca, se tragó lo que estaba comiendo y hablo. —¿Qué has dicho mocoso?, lo que les he dado es más que suficiente, además lo que me han traído es muy poco, si quieren más deben trabajar duro —replico Grum a David, mientras volvía a agarrar grandes raciones de comida con sus manos y las ponía en su plato. —Pero, usted no ha trabajado nada, ¿por qué está comiendo tanto? —dijo David con inocencia a Grum, este se había aguantado el primer comentario ya que David había trabajado bastante y no quería lastimar a su producción de comida más eficiente pero el ultimo comentario nublo su mente. —¡Como osas maldito niño! —grito Grum enojado, inmediatamente después de lo que dijo movió su gran cuerpo y le lanzo una bofetada a David que lo lanzo al suelo, luego fue hacia él y lo patio repetidas veces mientras estaba ahí tirad—. Yo soy el que los dirijo, sin mí, ustedes morirían por no saber dónde excavar, yo soy más importante que ustedes ¡basuras! así que trabajen o mueran —dijo Grum molesto, yendo otra vez a engullirse los alimentos de su escuadra. David, por suerte, no sufrió grandes daños, se levantó con dificultad y vio a los demás, ninguno lo ayudo por el miedo a Grum, vio en sus miradas vacío, soledad, y sobre todo miedo, no dijo nada más, pero aunque no dijera nada siguió pensando que lo que pasaba era injusto. Cuando todos ya dormían, y David por fin estaba a punto de dormir, alguien lo llamo con suma delicadeza. —Niño, despierta, despierta —dijo un hombre susurrando a David, este se volteó y allí mismo vio a un hombre delgado, tenía una barba larga y desalineada, además de que su pelo se veía igual, solo llevaba un pantalón sucio y desgarrado. —¿Quién eres? —pregunto David aun dormitando al hombre que lo llamaba. —No alces la voz, soy Lem, sígueme en silencio —respondió Lem aún más bajo que antes. David por algún motivo que no supo explicar después, obedeció y siguió a Lem, fueron a un lugar donde nadie escuchara lo que Lem iba a decir. —Vi lo que hiciste niño, nadie se enfrenta a Grum, pero tú lo hiciste, a mí tampoco me gusta cómo nos tratan, muchos aquí son malos y desconfiables, pero también hay gente como tú, he estado planeado algo y me gustaría que participes —decía Lem a David, que miraba a todos lados viendo si alguien o algo se movía. —¿En qué? —pregunto David a Lem mientras se frotaba la cara para no ceder al sueño. —En escapar de aquí —respondió Lem a David mirándolo directo a los ojos, David no vio bien que lo hacía por la oscuridad y porque miraba borroso recién levantado, pero en ese momento David despertó del todo, estaba bastante interesado en escapar, pero no veía como sería posible. —Tenemos gran cantidad de gente en esto, va a pasar pronto, mientras más gente mejor, mira, mañana atacaremos a Grum y a otros líderes de escuadra, nos gustaría que te nos unieras, atacaremos cuando estén durmiendo, ¿qué te parece? —dijo Lem a David con un tono de voz suave, mientras dejo de mirar a David y desvió su mirada para revisar todos los lados nervioso. —Está bien, yo ayudare —anuncio David decidido a ayudar a Lem, pero no sabía que podía pasar. —Bueno, tenemos que volver o sospecharan, por cierto, ¿cuál es tu nombre? —dijo Lem a David que estaba algo preocupado. —Me llamo David. —Un placer, ahora ve con cuidado. Cuando la conversación hubo acabado, al regresar David no pudo dormir, además que dormir en el suelo sin nada más que tus manos como almohadas hacía difícil que David pudiera conciliar sueño, cuando por fin fue hora de levantarse, David se levantó muy aturdido, le dolía la cabeza, pero trabajo como todos, y sabiendo lo que iba a pasar se preparó, ese día trabajo lo más ligero posible para no gastar energía, ayudo a uno que otro, pero no mucho, llegado la hora de dormir, David se preparó mentalmente, pero espero y espero y nada paso, paso toda la noche despierto otra vez, y nada. —«Me han hecho una broma pesada, se han burlado de mí, y yo que pensaba que podría salir de aquí» —pensó David para sí mismo algo triste por la decepción de que nada pasara. Al día siguiente trato de trabajar normal pero no pudo, Grum se estaba molestando viendo el desempeño de David, pero no quería lastimarlo, si moría más rápido por herirlo él no tendría tanta comida así que lo dejo pasar, ese día, cuando todos descansaban, Lem apareció de nuevo. —David, despierta —decía Lem susurrando a David y moviendo su cuerpo de forma leve, este último volteo a verlo irritado. —¿Qué quieres mentiroso? —dijo David a Lem de muy mal humor por no dormir 2 días. —Sígueme —respondió Lem a David moviéndose con el cuerpo agachado. —No te voy a seguir porque eres un mentiroso —dijo David a Lem con una fuerte voz, por suerte para ellos nadie se despertó. —Si, te he mentido, pero eso era una prueba, si dejo entrar a todo aquel que le digo sobre el plan de escape, entonces uno podría ser un soplón, o tratar de ganarse a los líderes vendiéndonos, tenía que asegurarme, discúlpame, si me sigues podrás comprobar que si digo la verdad —decía Lem a David en voz baja y algo asustado por el alboroto. —Está bien, pero si me vuelves a mentir no te voy a creer más —dijo David a Lem parpadeando de forma frecuente por el sueño que tenía. Lem guio a David por varios pasajes, David estaba muy cansado, no distinguía por donde lo llevaba, y fue teniendo miedo, pero llegado un punto se detuvieron. —Es aquí —dijo Lem a David que se caí de sueño. Lem movió unas rocas y mucha tierra, luego se pudo ver lo que era una cueva que estaba conectada a ese túnel abandonado, y dentro estaban muchas personas, con antorchas, David se despertó de golpe, se estaba preocupando, quiso correr, pero Lem lo agarro. —Entra por favor niño, no te pasara nada lo juro —dijo un hombre dentro del túnel a David, este dudo de hacerlo. —No temas, no te haremos daño, tienes que saber antes que nada que nosotros somos los que queremos escapar de aquí, y no metemos a cualquiera, te mentimos al inicio porque como seguro te dijo Lem, era una prueba, aquí hay muchos que por seguridad o una mejor posición venderían a otros, no piensan que pueden escapar, y aun si pensaran que pueden no creen que puedan vivir afuera sin ser buscados constantemente, así que ellos tratan de vivir lo mejor posible aquí, tú no eres así, además, todos estuvimos de acuerdo en que un niño no debería estar en este infierno. Lem, ya puedes cerrar el escondite —dijo Rayle el líder de los escapistas, un hombre barbudo, delgado y pequeño, David luego de escuchar esto entro y Lem cerro la entrada. —¿Cómo planean escapar? —pregunto David a Rayle que lo miraba a la cara, pero se sentía muy cansado para fijar la mirada mucho tiempo. —No pierdes el tiempo niño, me caes bien, te lo contare todo, no te apures —respondió Rayle a David riendo por el niño atrevido.   
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