Mitos del Futuro: El Despertar de los Perdidos

Santa Sede Parte 2

Caminaron del comedor a la arena de entrenamiento, pasando por pocos pasajes ya que quedaba cerca, ahí Daniel pudo ver la gran cantidad de caballeros de la iglesia y la arena de entrenamiento, era enorme, el suelo era de tierra y algunos lugares estaban con bancos de arena, la mayoría usaba armaduras y espadas, al fondo a lo lejos estaban varios practicando con lanzas a caballo, y otros estaban practicando con el arco, esto impresiono a Daniel.

—Que gran cantidad de gente, ¿todos son de la iglesia? —pregunto Daniel a Gram con interés pero calmado.

—Sí, la gran mayoría son aprendices que quieren ser caballeros, y no es tanta gente, aquí solo están los mejores caballeros y sus aprendices, no hay tantos caballeros porque muchos solo los mandan a entrenar, no los entrenan personalmente, hay 2 iglesias más en la ciudad, en ellas hay más aprendices de caballeros que aquí —decía Gram a Daniel con suma tranquilidad.

—¿Cómo es que eligen a los caballeros? —Daniel siguió preguntando con curiosidad a Gram.

—Hay dos formas, o muestras su valía en batalla o te elige un caballero como su pupilo, cada caballero puede tener un aprendiz, si el aprendiz logra ganar una pelea a su maestro se vuelve caballero o también si logra algo en batalla, al inicio el gran sacerdote los elegía de forma personal, luego los otros sacerdotes ayudaron a elegirlos —dijo Gram a Daniel que ni lo estaba mirando, estaba viendo a los aprendices.

Mientras Gram y Daniel conversaban, algunos de los jóvenes aprendices observaban al recién llegado con diferentes emociones, algunos con curiosidad, otros con cierta envidia ya que parecía un noble, y otros con recelo.

—¿Ustedes que creen chicos?, ¿Cómo ha llegado esa persona aquí? —dijo Lupin a los otros aprendices mientras balanceaba su espada una y otra vez en un movimiento repetitivo que ya lo tenía arto.

—No sé, Tal vez un caballero de alto rango lo encontró, o tal vez es hijo de alguien —dijo Fargan a los demás haciendo lo mismo que Lupin pero sin que pudiera igualar su forma.

—No lo creo, nadie lo reconoce y fue al comedor de los caballeros, así que no creo que sea hijo de alguien importante, ¿Qué tal si lo probamos? —dijo Hammon a los otros que dejo de balancear su espada y se dispuso a ir al encuentro del recién llegado, habiendo dicho eso los otros dos aprendices siguieron a Hammon y caminaron hacia Daniel que estaba conversando con Gram, el sentado en una banca y Gram parado.

—Buenos días señor caballero, que Dios y el gran sacerdote ilumine su día —dijeron los tres a Gram con sumo respeto haciendo una venia.

—Buenos días jóvenes que los ilumine a ustedes por igual, ¿qué es lo que desean? —pregunto Gram a los jóvenes aprendices con total seriedad, pero viendo que sus intenciones no eran del todo puras, Gram solo atino a poner una mano en su empuñadura y aunque no lo parecía estaba listo para actuar en cualquier instante.

—Disculpe la intromisión, pero nos preguntábamos ¿quién es el chico que esta con usted señor caballero? — pregunto Hammon mirando de reojo a Daniel y poniendo su espada de practica con la punta al suelo.

—Él es el joven Daniel, un invitado, se quedará aquí un tiempo —dijo Gram a los aprendices con los ojos bien puestos en ellos.

Los jóvenes aprendices luego de escuchar esto pensaron que era hijo de alguien importante, pero no lo suficiente para tener un trato muy preferencial, lo que les indicaba que estaba aquí por asuntos diplomáticos, viendo como estaba el lugar y tratando de hacer dinero de ello, algo que a muchos les molestaba ya que iba en contra de las creencias del luzismo.

—¿No le gustaría practicar con nosotros joven Daniel? —Lupin pregunto sonriendo a Daniel mientras ponía su espada en el hombro haciendo un gesto con la cabeza invitándolo a unirse a ellos.

—Me disculparan por declinar la invitación, pero no soy bueno en la lucha de ningún tipo, jamás he entrenado en ningún arte o disciplina de forma seria —Daniel respondió a Lupin con algo de miedo en su voz y una sonrisa nerviosa.

—No se preocupe joven Daniel, seremos suaves con usted, además estamos usando las armas sin filo, así no hay ningún riesgo de que le pase nada grave amigo —dijo Fargan a Daniel, aguantándose la risa mientras le mostraba que su espada no cortaba frotándola con las palmas de sus manos, pero la realidad era que a pesar de no cortar seguían siendo armas contundentes de metal muy pesadas, más pesadas de lo usual para que los aprendices pudieran ganar músculos útiles para la esgrima.

—No, de verdad no debería, lo siento —dijo Daniel a Fargan, que sentía un miedo creciente ya que nunca había peleado, había estado cerca varias veces pero él había huido, o solo lo agredieron un poco y salió de esa situación, o le habían salvado de tener que hacerlo.

—Vamos, sería una falta de respeto hacia nosotros si no aceptas —dijo Hammon a Daniel acercándose más a él con un aire intimidante.

—Basta jóvenes, si siguen insistiendo los voy a tener que castigar, y créanme no soy su maestro, pero desearan que hubiera sido él y no yo el que los castigara —dijo Gram a los aprendices sacando solo un poco de su espada de la vaina, ellos al oír esto y ver la espada salir desistieron de su cometido dando algunos pasos hacia atrás.

—Discúlpenos señor caballero, no fue nuestra intención causar ningún mal, ahora nos retiramos, espero tengan un buen día —dijeron los tres aprendices a Gram cada uno a su manera, lo dijeron con impotencia y luego de eso se retiraron a seguir entrenando mientras renegaban de su intento fallido de molestar a Daniel. 

El día siguió con Daniel observando el entrenamiento de los caballeros con sumo interés, hasta que terminaron todos de hacerlo, ya que hubo un estridente sonido de campanadas que resonó en toda la santa sede y todos se movieron para acabar con su entrenamiento, lo hicieron porque era hora de la ceremonia semanal que daba el gran sacerdote Samuel, todos debían asistir, Gram le explico esto a Daniel y lo llevo a sala de la catedral donde se daba a cabo la ceremonia, era una sala amplia en la parte baja de la catedral que daba a las afueras de la santa sede, alta, con grandes columnas y muchas sillas, Gram y Daniel se sentaron cerca del pulpito, todo el lugar estaba repleto, de la parte de atrás apareció el Gran sacerdote Samuel, con una túnica blanca diferente de la que vio el otro día y con el mismo bastón que le había visto llevar Daniel la primera vez que se conocieron.

—Bienvenidos sean ciudadanos de Miraci, hoy estamos aquí para darle las gracias a nuestro Dios, el que nos salvó de la muerte y nos dio nueva vida para servirle en su luz milagrosa, traemos hoy nuestras ofrendas a la iglesia, el hará que esta comida sea repartida de forma equitativa, hoy es un día bendito, ¡hoy es día de milagros! —dijo el Gran sacerdote Samuel alzando las manos, y al decir esto todos en la sala gritaron y se emocionaron, hasta el frio Gram grito.

Luego de decir esto el gran sacerdote hizo un gesto y salieron de atrás del escenario varias personas, muchas se veían terribles, y otros no tenían miembros, como piernas o brazos.

—Estas pobres almas están sufriendo, con el poder de la luz que nuestro Dios todo poderoso me ha otorgado los voy a curar —y al decir esto el Gran sacerdote Samuel se voltea hacia ellos y toca uno por uno a las personas que estaban en el escenario, impresionantemente todos mejoran, los enfermos se curan, los que no tenían miembros los vuelvan a tener, los mullidos se arreglan, todo delante de los ojos incrédulos de Daniel qué veía como esto pasaba delante de sus ojos.

Al ver esto, los ciudadanos de Miraci gritaron, lloraron, aplaudieron hasta que sus manos estuvieran adoloridas por hacer eso. Daniel no lo podía creer, nunca había visto nada igual, pero la intriga estaba en su mente, trato de pensar como podría ser posible lo que estaba presenciando, trato y trato pero no encontraba algún truco que pudieran estar usando para que lo que viera no fuera real.

—«¿Cómo es esto posible?, ¿será el poder del Dios que tanto adoran o hay algo más? —pensó Daniel desconfiando, que aunque lo veía con sus propios ojos no sabía que creer.