+EMILIANO+ Estoy bailando con ella. La tengo en mis brazos y no quiero soltarla. Es irónico: toda la tarde la pasé pensando en volver a casa, en cenar con ella, en ver su sonrisa cuando abriera la pequeña caja con el regalo que le compré. Una cadena sencilla, pero escogida con un cuidado que nadie podría imaginar. No es un lujo ostentoso, no es una joya de aparador, es algo más íntimo: pensé en su piel, en cómo descansaría sobre su clavícula, en cómo brillaría cuando la luz rozara la curva de su cuello. Era un detalle que llevaba tiempo queriendo darle, pero nunca encontraba el momento correcto. Hoy, por fin, creí tenerlo. Pero no. Mi sobrino me llamó, su voz temblaba. “Tío, ven por mamá… está en un club, se va a ver con alguien…” Ese “alguien” me quemó la sangre. No lo pensé dos v

