El sonido del agua golpeando rápidamente el piso de mármol llenó el baño vacío. Aurora se paró debajo y como los ojos con fuerza dejando que más lágrimas humedecieran sus mejillas escondiéndolas en el agua brillante que atravesaba su cuerpo.
Todavía estaba en el mismo vestido con el que durmió anoche. ¿Dormir? Ella no lo llamaría dormir más como un sueño de unas pocas horas y que se lleno solo de malos sueños. Se despertó muchas veces en la noche y cada vez fue el resultado de su asalto.
Tan pronto como el reloj marcó las 4 a.m., se quedó completamente despierta mirando al techo con los ojos borrosos e inyectados en sangre. No pudo dormir cerca de ella después de eso y todo lo que podía recordar era su abuso.
Por suerte no estaba allí. Él no estaba cerca de ella. La cama estaba vacía pe
