—Bien —su voz hizo que lo mirara a los ojos para ver alguna broma o sarcasmo, pero nada de lo que llevaba puesto de su habitual mirada fría. —Me gustaría ver qué tipo de elección tiene mi inocente chica —dijo mirándola intensamente haciendo que se moviera con incomodidad. Después de eso, la conversación se desvaneció y el silencio guardó la habitación. Él la miró fijamente sin pestañear mientras Aurora seguía jugueteando con los dedos con nerviosismo y moviendo los ojos a todas partes menos a él. Su mirada era espeluznante e incómoda. Él es espeluznante. —Muñeca —murmuró haciendo que ella lo mirara—. Te voy a arruinar tanto. Ella tragó saliva al escuchar su profundo y sensual susurro. Ella apretó los lados de su silla mirándolo a los ojos. Ella quería preguntarle. ¿Qué queda por arru

