Bajo la perspectiva de Omán Qatar Nunca deseé tanto algo o a alguien como quería tener a mi esposa a mi lado. Cuando al tercer día de la celebración de nuestra boda llegaron una horda de hombres con la intención de arrebatarme a mi mujer, mis sentidos se volvieron nublados, yo que pensaba que era un hombre con suficiente autocontrol, pero no era así, perdí los estribos. Mi padre me tranquilizó, me dijo: —¡Calma hijo! Podrás defenderte mejor y mas eficazmente a tu mujer y a tu pueblo si antes de perder la cabeza, primero recurres a todas las vías pacíficas. Somos un pueblo guerrero, aguerrido y luchador, pero también amamos la paz que da el vivir en armonía. —Usa las vías amistosas, luego las legales y luego paso a paso podrás darte cuenta que te enojes o no, tienes que dar la cara.