NARRA LURLICH. Estaba feliz, nunca pensé que me sorprendería tanto, tenerla cerca hace que pueda trabajar mejor quien lo diría se a convertido en mi fuerza. Estamos en el ultimo día que nos quedaríamos en Francia y como pudimos adelantar todo los eventos que teníamos programados, aprovecharíamos para recorrer, hay tantos lugares que quiero ir con Safri. Es reconfortante lo hermosa que es cuando se arregla, y como roba miradas, me hace sentir el hombre mas afortunado del mundo cuando caminamos por la calle y muchos se voltean a verla pero ella solo tiene ojos para mi. Fuimos a cenar a un restorán muy influyente y como siempre el estacionamiento se convirtió en nuestro cómplice, para saciar nuestro momento lujurioso. Creo que de ahora en mas me tendré que fijar en eso a la hora de elegir

