CAPITULO 1

1116 Words
- Suéltame maldito animal, suéltame, bájame en este mismo instante- grito tratando de salir de sus garras. -Has cometido el peor error mi Ángel, te pienso castigar por tu infortunio- me remuevo, pataleo y doy grandes golpes a su ancha espalda, el me da una nalgada y lo golpeo con mas fuerza- ya basta pequeña salvaje, el que debería estar molesto  seria yo. -Maldito troglodita, es  mejor que me bajes de una vez- le ordeno. -Para que, para ver como te escapas de nuevo, no cariño, no tengo todo el tiempo para cuidar niñas malcriadas, así que quédate quieta- me rindo, y no tengo mas de otra que quedarme paralizada, al instante entramos a la mansión, para luego subir las escaleras- ya te cansaste- pregunta, no respondo. Camina por un largo pasillo oscuro, para luego escuchar como abre una puerta, al entrar prende la luces cierra la puerta con pestillo, para luego caminar hacia el medio de la estancia, o bueno eso creía asta que me tiro en la cama, trato de escapar, pero me agarra por los pies, y me aprisiona entre sus musculosos brazos. -Por Dios mi querida impertinente- golpeo su pecho con mi puños, el toma de mis manos con b********d- ya basta, no despiertes a lucifer si no quieres saber de que es capaz de hacer. -Me da igual, a la final ya estoy en el infierno de que despierte al dueño, no sera demasiado infortunio señor- el sonríe. -Tiene una lengua muy afilada cariño, y yo pensando que eras mas angelical. -Y que quiere, me has raptado, me as alejado de mi familia, eres un maldito déspota...- mi voz queda al aire, al sentir los tibios labios de aquel cabernicola, trato de quitarme, pero me aplasta con su fornido y varonil cuerpo, me besa con impacienta, sin delicadeza, su rudeza es demasiado arrebatadora. Mi cuerpo se electrifica al sentirlo pegado a mi delgado cuerpo, sus mano sueltan mis manos, y sin querer, sin poder dominar mi cuerpo, el sede ante su toque, nunca nadie me había besado así, con tanta voracidad y deseo. Su lengua se introduce en mi boca, y juega con la mía de manera danzarina y perfecta, pero todo eso acaba cuando recuerdo el por que estoy aquí y como llegue, muerdo su labio inferior con todas mis fuerzas haciéndole sangrar, el grita y se separa de mi. Sonrió con malicia, cuando me mira con rabia y deseo, sus ojos están oscuros como la noche, ese azul tan perfecto que esta lleno de oscuridad y maldad. -Me pagaras este arrebato- el se baja de mi, y sale de la recamara como alma que lleva el diablo, serrando la puerta con llave, suelto un suspiro pesado, relamo mis labios hinchado, por aquel beso tan arrebatador. Me siento conmocionada y paranoica, miro a mi alrededor, la habitación es grande, las paredes a pesar de la oscuridad puedo ver que son de color marrón y beige, hay barios sofás, un ventanal y un estante de libros, mas la cama con dosel que es donde estoy ahora, el miedo se apodera de todo mi cuerpo, no comprendo nada, ni se que trato habrá echo mi padre con aquel hombre lo único que se, es que de algún modo tengo que escapar de aquí, mañana es el auditorio, y necesito ir, no puedo dejaros plantado. Lloro como niña pequeña, mientras miro con repele todo mi alrededor, no deseo estar aquí, tengo que tranquilizarme y no entrar en pánico, tomo una bocanada de aire para luego botar la mitad de ella, me levanto de la cama y empiezo a buscar una manera de salir. Asta que encuentro el balcón, miro a mi alrededor para ver si no hay nadie vigilan-dome desde la oscuridad y aprovecho de abrir la puerta de cristal, respiro hondo y cierro mis ojos para luego jalar de ella, escucho un clik al abrirse, y sonrió. "No me pienso rendir, no me pienso rendir" Camino hacia las barandillas, y miro al precipicio, es lo bastante alto para matarme, pero no tengo de otra, trepo la barandilla para luego guindar me de ella, y soltarme, no grito no emito ningún ruido, solo se escucha el sonido seco de mi cuerpo al caer al suelo, me quejo por sentir ese crudo dolor en mi espalda, pero trato de levantarme, con dolor y todo lo logro. Y es ese momento de que lo único que deseo es huir, corro con todas mis fuerzas, tratando de que ningún guardia me vea, sintiéndome la mujer mas torpe de mundo, pero tengo que luchar, no pienso quedarme con los brazos cruzados sin intentarlo.  Me duele el cuerpo pero hago caso omiso de ello, paso mas de cincuenta guardias sin que se den de cuenta, asta que logro mi oportunidad de salir, por el enorme portón n***o, una camioneta blindada entra a la mansión y yo salgo sin que nadie me vea. Corro por las calles, la noche esta extensa puedo asegurar que son mas o menos las tres de la madrugada, el frió es inhóspito, se calan entre mi piel, pero de igual forma corro, corro como si dependiese de ello, aunque dependo de ello. Asta que llego a un pequeño local Burguer, al entrar percibo el exquisito olor de la carne friéndose, y muchas personas disfrutando de ellas, a quien demonios se les antoja comer hamburguesa a estas horas. -Señorita necesita ayuda- trago saliva y asiento. -Necesito realizar una llamada por favor- respondo, ella asiente y me pide que me siente. -Esta bien, le prestare mi teléfono, mientras voy a prepararle un café, esta helada se puede enfermar- la joven chica me empresta su móvil, y se retira. Marco el numero de mi mejor amigo Derevi, y al tercer repique contesta. -Bueno... -Necesito que me vengas a buscar... -Quien demonios habla. -Soy yo idiota, Angela necesito que vengas por mi antes de que me encuentre. -Angela, de que estas hablando donde estas. -No lo se, activa el GPS y ven a buscarme, después te cuento- cuelgo, al visualizar a la bella joven acercarse a mi con una taza de café. -Aquí esta el café- lo coloca en la mesa, le entrego el móvil. -Gracias por emprestarmelo, cunado lleguen por mi pagare por ello. -NO no es nada, esto es regalo de la casa, bueno me retiro con permiso- la joven se marcha, miro a mi alrededor, no hay mucha gente, el local esta bien, a pesar de que esta un poco alejado de la ciudad, miro por el ventanal y visualizo como cinco camionetas se paran frente del local. Entro en pánico, y mi instinto hace que me esconda debajo de la mesa. La campanilla suena, anunciando que un nuevo cliente a entrado, mi labio inferior tiembla, al escuchar su voz. -Oiga no ha visto a esta mujer- por el rabillo del ojo, puedo ver como la joven niega- Estas segura de ello. -Yo...Yo...
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD