C A M B I O S

2400 Words
↢ JULIAN ↣   —¡Samir! ¿Dónde te metiste? —digo bajito y frustrado, ya que por mucho que lo busco no lo veo por ninguna parte. —Detrás del muro en la casona abandonada. Tengo a tres detrás de mí, necesito que me apoyes. —dice Samir angustiado en un susurro. —¡Voy! Te cubro. —digo, mientras corro hacia allá. Llego al lugar, paso a mi compañero por su retaguardia y les doy un tiro a cada uno— Despejado. —aclaro y caminamos hasta el próximo punto de encuentro.  —Vienen dos por el costado. —dice Samir, mientras me pasa por el lado y me cubre. Camino hasta quedar espalda con espalda, cubriéndonos la retaguardia mutuamente— ¡Ahora! —me grita y disparo como loco, veo caer los cuerpos uno a uno y sigo avanzando como si no hubiera un mañana. Cambio el cartucho de municiones a toda velocidad, y de pronto veo todo rojo. —¡Mierda! ¡Me dispararon! —digo tirando los audífonos lejos, mientras me reclino en la silla con ambos brazos por detrás de la nuca, completamente frustrado. Tomo nuevamente los audífonos y me los vuelvo a poner. —Lo siento compañero. —dice Samir muerto de la risa. —Ja, ja, ja muy gracioso. Estábamos por terminar la misión. —digo realmente enojado. —Juls, es un juego. Mañana jugamos otra partida. —dice y veo el mapa de todo lo que habíamos avanzado, «qué rabia» pienso para mí.    Siento ruidos en la puerta, miro la hora 03:23 a.m, y veo a Vanessa con Cristopher besándose apasionadamente mientras entran torpemente quitándose la ropa en el camino. Cris cierra la puerta con su pie, y Vanessa sin dejar de besarlo le va desabotonando la camisa. Me aclaro la garganta —Áham… —exagero para que se den cuenta que estoy aquí, por lo que ambos caen al suelo.   —¡Mierda! ¡Hermanito! —dice Ness cubriéndose los pechos con sus brazos, completamente avergonzada, por lo que me largo a reír, mientras veo a Cris acomodándose la entrepierna en tanto se ponen de pie. —Hagan como que no me han visto. —digo mientras me quito nuevamente los audífonos y suspendo el computador, me pongo de pie y me voy rápidamente a mi cuarto aguantando la risa.   Siento que se ríen y caminan al dormitorio de Ness. Abro la puerta de mi cuarto silenciosamente, miro hacia ambos lados del pasillo y veo las prendas de los chicos tiradas por el suelo. Vuelvo al escritorio donde dejé olvidado mi móvil, Catty se frota entre mis piernas pidiéndome cariño, por lo que la tomo en brazos.   —¿Quién es la dueña de mi corazón? —digo con voz de estúpido, mientras me ronronea— ¿Quieres comer a estas horas? —digo riñéndola— No te malacostumbres preciosa. —digo mientras le pongo pellet en su plato.    Entra un mensaje al móvil y es Samir.   Samir: ¿Te perdiste? Julian: Ni me digas… Justo entraron Ness y Cris, y les interrumpí su momento xD Samir: Jajajajaj ¡qué mal Juls!  Julian: Náaa… ya están en el cuarto solucionándolo.  Samir: ¿Y se escucha algo? Julian: ¡Qué pendejo! Ni creas que voy a estar escuchando a mi hermana follar con su novio :S Samir: ¡Qué aburrido eres amigo! Julian: Y tú eres un freak si pretendes que espíe a mi hermana. Samir: Ya, me largo a dormir hermanito, cuídate. Julian: Yo igual, un abrazo.   Dejo el móvil a un lado, me sirvo un vaso de agua y camino hacia mi cuarto nuevamente, con mi escolta favorita.   —¿Quieres dormir conmigo esta noche preciosa? —digo mientras ella ya está buscando un lugar en la cama, le acaricio la cabeza y me alisto para dormir.   Me tiro a la cama con ambos brazos detrás de mi cabeza. «Creo que ya le estoy estorbando a Ness, ella necesita privacidad y ahora que su relación va en serio con Cris, debería pensar en cambiarme de casa, arrendar un cuarto o ver qué hago» pienso, mientras de a poco se van cerrando mis ojos.   Despierto asustado, ya que Catty me amasa la cabeza. Me desperezo un poco mientras ella ronronea y maúlla como hablándome, haciéndose la linda. —Si, si… ya voy regalona. —le digo mientras bostezo. Preparo un poco de café, exprimo unas naranjas y preparo algo para desayunar, ya que me ruge el estómago. —Buen día Juls. —dice cantarina mi hermana. —Amaneciste radiante, ¿eh? —digo entre risas, por lo que me empuja levemente y me desordena el cabello. —La verdad es que sí. —contesta finalmente mientras toma una manzana y la limpia en su camiseta— Cris me ha pedido que nos casemos. —dice mirándome a los ojos buscando alguna reacción de mi parte, en tanto le da una mascada a la manzana. —Wow… Vaya. Eso va rápido ¿no crees? —pregunto mientras me rasco la nuca. —Ayyy hermanito… el día que te enamores comprenderás que el tiempo es relativo en las cosas del amor. —dice entre suspiros, mientras se mira el dedo y me enseña el anillo. —Pues… ¡Felicidades hermanita! Te deseo lo mejor del mundo, porque tu eres la mujer más espectacular del mundo mundial. —digo mientras la acerco hacia mi para abrazarla y dejarle un beso en la coronilla. —Gracias Juls, de verdad que estoy muy feliz. —dice con una sonrisa que creo no se le borrará de la cara fácilmente.  —Se te nota. —digo dándole un pequeño empujón— ¿Desayunas? —pregunto y asiente. —Estoy famélica. —dice entre risas. —¿Y Cris? No lo sentí irse anoche. —pregunto, mientras pongo el pan en la tostadora. —Sigue dormido en el cuarto, no lo quise despertar. —dice hablando bajito. —Para qué hablas así, si prácticamente me gritaste lo de tu compromiso. —digo y ella estalla en risas, por lo que reímos los dos.   Nos sirvo un vaso con jugo de naranja, un café y unas tostadas con mantequilla y mermelada, nuestra mezcla favorita, mientras comemos en silencio.   —Creo que debería mudarme. —digo y veo cómo va a abrir la boca para decir algo, pero la interrumpo— Y no lo voy a discutir contigo. Ayer ya fue incómoda la situación y tu te vas a casar, necesitan su espacio. —termino y ella me toma de la mano. —Cris me pidió que me mudara con él. —dice finalmente y asiento. —¿Qué haremos con el departamento entonces? —pregunto ya que es ella la que tiene el contrato de arrendamiento.  —Por qué no te quedas tú aquí, y le pedimos a Víctor que nos modifique el contrato. —pregunta y me quedo un poco en blanco pensando, Ness me da un zape y me quejo. —¡Hey! —bufo y me sobo la cabeza— No sé si necesite un departamento tan grande, sería yo sólo o tendría que buscar un roommate y sabes que eso no va conmigo. Quizás sea mejor buscar algo más pequeño. —digo y ella niega. —No me dijiste hace unos días que Samir estaba buscando un lugar para mudarse. —dice y se me acaba de encender el bombillo. —¡Genia! ¡Por eso te adoro hermanita! —exclamo dejándole un beso en la frente, mientras corro a buscar el móvil para llamar a Samir. Vuelvo a la cocina y me siento nuevamente— ¿Cuándo te mudas? —pregunto y ella se sonríe. —Cuando me digas que estarás bien con Samir aquí o veremos qué hacer en caso que Samir ya tenga otro lugar. —dice y sonrío ampliamente, «no sabes cómo te voy a extrañar hermanita» pienso mientras le marco a Samir.   «¿Qué pasa? ¿Qué hora es?» dice con voz de zombi. «¡Hola hermano! ¿Ya encontraste departamento?» pregunto entusiasmado. «Hoy tengo cita con el corredor ¿por?» «¿Te gustaría ser mi roommate?» inquiero emocionado. «¿Qué pasó, te echaron de casa?» dice entre risas. «Vanessa se casa y se muda con Cris» explico rápidamente. «Invítame a almorzar y lo conversamos» dice y sé que eso sólo significa una cosa: tarde de pizza y videojuegos. «Te espero en una hora» digo y corto la llamada.   —Creo que tengo roommate nuevo. —digo sonriente mientras Ness da saltitos en el lugar.     Tres días después…   —¡Ya está! —digo mientras me quito los guantes— ¿Alguna otra cosa pesada que tengas que bajar, Ness? —pregunto, mientras la veo bajar con unas cajas en sus manos. —No hermanito, todo lo demás es liviano. —dice y subo corriendo a buscar más cajas. —¿Por qué me hacen esto? ¡Es sábado! ¡Son las nueve de la mañana, por Alá! —se queja Samir, mientras carga más cajas en el camión de mudanza. —¡Por que me amas y te regalé mi cama! —dice Ness cantarina, haciéndole muecas a Samir, mientras éste levanta sus manos en señal de rendición. —¡Tú ganas! —dice mientras le tira un beso y sube a buscar más cajas.   Después de cargado el camión, estamos en la cocina tomando un refresco, mientras Vanessa le da un último recorrido al departamento.   —Voy a extrañar este lugar. —dice con nostalgia— Fueron quince años en este lugar y seis de ellos contigo hermanito. —dice acurrucándose en mis brazos, le beso la coronilla tiernamente.   —Te voy a extrañar Ness. —le digo y la aprieto más a mí. —¡Hey! Que me vas a desarmar si me sigues apretando así. —se queja y me besa en la mejilla— Te amo hermanito, sabes que siempre estaré para ti. —dice y toma su bolsa, sus lentes y se acerca a la puerta. Nos damos un último abrazo los tres, acorralando a Ness entre Samir y yo. —Me van a hacer llorar. —se queja Samir haciendo pucheros, por lo que todos reímos. —¡Los amo! —dice Ness saliendo por la puerta haciendo adiós con la mano. —¡Se feliz hermanita! ¡Te amo! —digo antes que cierre la puerta.  —¿¡Salud!? —dice Samir mientras me extiende la mano con su refresco. —¡Por un nuevo comienzo! —exclamo. Estrellamos nuestros refrescos y le damos un sorbo. —¡Y porque dejes de ser un pendejo! —dice Samir largándose a reír. —¡Hey! Que tú no lo haces nada mal ¿eh? —digo entre risas.   Ese día decidimos pintar las murallas, re decorar y re organizar los muebles, asignando un área de la sala como el nuevo “campo de batalla” donde organizamos nuestros escritorios y los respectivos computadores.   —Ahora si parece el departamento donde viven dos hombres. —dice Samir desparramado en el sofá. —No tenía idea que te gustara la decoración. —digo mientras me burlo haciéndole muecas.  —Ja, ja, ja… hay muchas cosas que no sabes de mí hermanito. —dice haciéndose el interesante. —Te conozco de toda la vida Samir… —bufo como si fuera lo más obvio de la vida. —Pues ahora será volver a empezar, ya que no habíamos vivido juntos. —dice mientras hace zapping. —Como sea... —digo haciéndole un ademán con la mano. Me pongo de pie para ir a tomar una ducha.    Entro al baño, abro la regadera y mientras se regula la temperatura me quito la ropa, poniéndola en la cesta de ropa sucia. Entro a la ducha y dejo que el agua masajee mi cuello y hombros por un largo rato. Siento que abren la puerta del baño   —Lo siento hermanito, pero necesito cagar. —dice Samir y bufo «adiós privacidad» pienso para mí, revoleando los ojos.  «Nota mental: ponerle llave al baño» pienso y sonrío.    —¿Cuándo empiezas a trabajar? —dice mientras hace lo suyo sentado en el baño.  —Ya estoy trabajando, sólo que lo hacía de forma remota. Ahora necesitan que me quede de planta. —bufo, ya que estaba tan bien trabajando desde casa, y ahora eso de marcar tarjeta todos los días y tener que hablar con las personas, me tiene estresado. —Te hará salir bien salir de la burbuja Juls. —dice mientras tira la cadena y siento mil piel arder. —¡Mierda! ¡Samir! —me quejo y corto el agua hasta que el tanque del retrete se llene nuevamente. —¡Ups! —dice mientras se lava las manos rápidamente y sale. —¡Podrías haber echado desodorante ambiental! —me vuelvo a quejar. Escucho como se ríe de lejos y me río también, «Samir es insufrible» pienso y termino de ducharme.    Suena el timbre.   —¿Esperas visitas? —pregunto asomado de la puerta del baño. —Nop, ya verás. —dice y se para del sofá para abrir.    Me seco el cabello con la toalla, mientras tengo atada otra en la cintura. Veo a Samir recibiendo unas bolsas y dándole el dinero al chico.   —¿Comida china? —dice y mi estómago responde por mí. —Creo que me vendría excelente. —digo caminando a mi cuarto para cambiarme.   Tomo una camiseta sin mangas y un pantalón de chándal, unos tenis y ya.   Camino a la cocina, tomo dos cervezas de la nevera y camino a la sala para sentarme junto a Samir, que está entretenido en su móvil, mientras come con los palillos como todo un experto, le paso la cerveza y la hacemos sonar.   —Estoy muerto, la ducha me relajó demasiado. —digo mientras me trago la comida. —Mm-mm. —contesta mientras lo veo dar likes a cada imagen que ve pasar.    Tomo el control del tv y comienzo a hacer zapping. Me quedo pegado viendo “Lupin”, una serie francesa en Netflix, «cómo me gustaría tener la personalidad del protagonista» pienso.    Mañana ya me tocará lidiar con personas todos los días y es un fiasco, nunca sé qué decirles, ni cómo actuar. 
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