Cuando sale del baño, ambos nos sentamos en la cama, y es la primera vez que hay un silencio incómodo entre nosotros. Suspiro y decido romper este silencio —¿Porque dudaste? —Digo viendo mis manos —¿Como? —pregunta el, y puedo sentir su mirada sobre mi rostro —Hace un momento, cuando... Bueno... Tuviste la oportunidad... Dudaste... ¿No quieres hacerlo conmigo? —Y me molesta preguntar esto, me molesta sentirme así, porque es Damián, el... No pone muchas objeciones a sus encuentros, y conmigo simplemente no quiso, se siente extrañamente doloroso, y mis ojos arden al sentir y saber ese rechazo. —Claro que quiero hacerlo contigo, Allison—Dice el muy seguro. —¿Y porque dudaste? El lo piensa un momento para después mirarme y nuestros ojos se cruzan —No lo se—Dice al fin reconociendo q

