- Coleguita ¿Qué te sucedió? –pregunta Ingrid entrando a la habitación y tras ella Samantha-. - Intenté ponerme el brasier después de ducharme, sin éxito alguno, lo que me gané fue un dolor desgarrante y una exhibición en toples para el rubio. - ¿Cómo así? –preguntas las tres al mismo tiempo, Antonella ya tenía rato aquí acompañándome-. - Bueno que ante el dolor tan horrible pegué un grito y quedé paralizada por largo rato. Al parecer el único que escucho fue él, porque vino a mi auxilio en seguida y me encontró tirada en el sillón del vestier casi acostada con estas niñas al aire –le digo señalándoles mis senos-. - ¡No puede ser coleguita! –dice Ingrid entre risas-. - Que bochornoso amiga –responde Samantha por su lado-. -