Esa mujer va a acabar con mi vida. Estoy demasiado joven para todo el estrés que me ha producido en tan solo dos días. No es posible que una mujer de su edad y con tantos estudios genere tanto caos.
Apenas acababa de abrirle la puerta del apartamento a la pelirroja que pedí a la agencia, cuando recibí la llamada de Gelys informándome del nuevo accidente que había sufrido el pequeño huracán. De solo escucharlo me llevé la mano libre a la cabeza.
No me quedó más opción que salir del apartamento con una potente erección que me estuvo martirizando en todo el trayecto a la Clínica. Obviamente la mente no me ayudaba, pues a medida que manejaba de solo recordar a pelirroja que llegó con unos leggins bien ceñidos al cuerpo, que destacaba sus curvas y enorme trasero, rápidamente la mente voló al
