- Ales, afuera te espera Malcom –dice Leonardo detrás de la puerta de mi habitación-.
- Ya bajo –le respondo-.
Después de la cita con el pequeño huracán me vine directo a casa a finiquitar la contratación de los escoltas de las mujeres de Gerónimo. Una vez me reuní con ellos, distribuí junto con Leonardo a cada uno en sus funciones, asignándoles a cada una cinco escoltas para cuando a ellas les toque salir de casa, mientras que el resto de los escoltas permanecerán custodiando los alrededores de la casa junto con los que ya tienen tiempo a nuestro servicio. Realizado esto, apenas entré a la casa almorcé porque Lucia insistió en que lo hiciera antes de subir a mi habitación. Como era de esperarlo Gelys aún no había llegado, me dejó dicho con Leonardo, a quien llamó para
