Aithana llegué a la oficina después de almorzar con Alex, el es un chico muy agradable, hace buenos los momentos, aún tengo esa sensación en el pecho, aún me siento triste, cada vez que Sebastián me aparta de el se rompe un pedazo de mi, ¿debo acabar en pedazos para lograr algún día que el me mire? ¿porque deseo tanto su atención? ¿porque siento está necesidad tan grande de el? sus ojos, su piel, su aroma, su voz, su cuerpo, sus labios, tocó los míos pensando en ellos, ¿como es que llegue a este punto? como es que mis ganas de el son más fuertes que su rechazo, esto no es bueno para mi, me hace tanto daño el me odia y yo... yo... no puede ser. pongo los codos en el escritorio mientras con las manos froto mi rostro tratando de disipar la frustración -¡jefa! ¿cómo te fue?- llega Alany sin

