NATASHA
Vamos en el auto, no he dicho nada, pero no me gusta su manera de tratarme frente a sus padres, me hace sentir mal, quiero reclamarle, sin embargo, al verle el rostro da miedo. Me limito a ver por la ventana, las luces brillan mucho, que no dejan ver muy bien, en eso se estaciona frente a una enorme mansión.
—Llegamos. —No le respondí, estoy por bajarme, cuando me sujeta de la mano— No me ignores, la próxima vez que lo hagas la pasaras muy mal.
—¿De qué estás hablando?
— Estás advertida, ahora bájate, te mostraré tu nuevo hogar.
Me sobo la muñeca de la mano, me dolió, no sé qué le está pasando, desde que llegamos aquí él ha cambiado. Espera que me baje y camina delante de mí, camino hacia lo desconocido, en eso una mujer abre la puerta, al parecer es una señora de edad.
—Bien
