UN ROMEO, AL ASECHO

1765 Words
NATASHA Estoy muy alegre porque la situación económica ha mejorado, podre graduarme, ya que mi padre pago la universidad, mis hermanos siguieron sus estudios también, me tenía muy preocupada que todos abandonáramos los estudios. Con mi hermano Richard no sé qué vamos a hacer cada día más perdido en esa su música demoniaca, voy a conseguir un pastor exorcista para que venga a sacarle ese mal espíritu. —Lucrecia nos vamos. —Ella nos despide todos los días. —¡Espere mi niña! —¿Qué pasa? —Lleve la merienda, le puede dar hambre en la universidad. —Gracias, tú siempre tan pendiente de nosotros. —Regrese a salvo, señorita. —Sí, trataré de venir temprano. Hermanos, vámonos, su autobús llego. —Usted en que se va a ir mi niña. —Mi padre me dio dinero para el taxi, no te preocupes. —Ya voy, hoy me dormí, ¡lo siento! —Ricardo, ¿Te sientes bien? — Si hermana, ya no te preocupes. — Me alegra, ¡Richard!, te va a dejar el bus. — Ya voy, ni que se fuera acabar el mundo, porque yo falte a la secundaria. — Apúrate deja de decir tonterías. Los subo al autobús, ambos están en la misma escuela, Richard está a punto de graduarse de la secundaria, mientras que Ricardo apenas la inicia. Ellos son mis dos amores, mi madre nos está cuidando siempre, miro a todos lados en eso veo mi taxi y le hago señas, de inmediato me mira y se acerca. —A la universidad, ¡Por favor! —Entendido. Voy en el taxi y reviso llevar todos los libros, saco el dinero para pagar, al llegar al portón le cancelo la carrera, mis amigas están entrando al mismo tiempo que me bajo. Ella les grita para que la esperen. —Naty, tú también estás repitiendo los exámenes finales. —Si, para mi suerte, no los hice en su momento por falta de pago. ¿Pero ustedes? —Yo me quede en dos. —Eli, es mi amiga desde que comenzamos. —Y yo porque falte esos días, mi madre tuvo una crisis nerviosa, me toco estar en la clínica con ella. —Freya, la más madura y responsable. —Me alegra entonces porque no estaré sola. Las tres entramos al interior, buscamos el aula en donde se están llevando a cabo los exámenes, al encontrar el aula, las tres le pedimos a Dios que nos vaya bien, entramos y saludamos, al menos no solamente somos nosotras hay diez más sentados. —Guarden todo, solamente un lápiz grafito, solamente tienen media hora para responder. La catedrática nos entrega la hoja de examen y cuando la veo que es demasiado, pongo mi cerebro a trabajar, no sentí la media hora, la sentí corta, después pase al siguiente hasta hacer todos los que tenía pendientes. El sábado es la graduación, no me puedo dar el lujo de faltar. Al salir de los exámenes mis amigas se han ido, ella solamente venía por dos, cuando estoy por salir de la universidad veo a unas chicas secretearse y sonreír coquetamente, en eso me percato que hay un convertible aparcado enfrente del portón de la universidad. Un hombre alto, muy guapo, que me parece familiar, pero no sé de dónde. Las chicas están alborotadas por ese hombre, ojalá tengan suerte, camino seguro y salgo de la universidad, cuando estoy por detener un taxi, ese hombre se me acerca y me extiende una rosa, me sobresalto por su acercamiento, al sentir su aroma de loción masculino, muy rica, por cierto. —La recibe, señorita. Quiero disculparme por el accidente pasado. —¿Es usted? —Entonces la va a recibir. —Está bien, si lo pide amablemente. —Acepto la flor, —Gracias. Me dejaría llevarla a su casa. —¿Por qué haría eso? A usted no lo conozco. —Que modales los míos. Mi nombre es Lukas, y el suyo es... —Soy Natasha. —Que hermoso nombre, le hace honor a su hermosura. Ahora que ya nos presentamos, le puedo llevar. —Aun así, no lo conozco, podría ser un violador o peor un vendedor de órganos, no gracias, está disculpado por el accidente, nos vemos. —Le hago parada a un taxi que va pasando, me subo y lo dejo de pie mirándome, en vez de enojarse él me sonríe. Al llegar a la casa, sonreía por lo que había hecho, deje plantado a ese hombre, esas otras chicas hubieran matado por entrar al auto de él, mientras que yo lo rechace, sonrió como loca al recordar eso, que no me doy cuenta de que Lucrecia me está observando. —¿Por qué tan contenta mi niña? —Nada nana, cosas extrañas que me pasan. —Su padre me acaba de llamar, que ponga un plato más, ya que un socio de él viene a comer. —Está bien, ya te ayudo con eso. —No es necesario, ya contrato a la cocinera, solamente me encargo de tener la mesa lista. —¡Qué bueno! Los chicos están en casa. —Solamente Ricardo, Richard a un no llega. —Este jovencito, no sé qué hacer con él. Me iré a bañar y cambiarme para la ocasión, no todos los días mi padre trae a alguien a casa. Subo las escaleras y llego a mi dormitorio, me quito la ropa, la imagen de ese hombre y su roma aún lo tengo gravado, me rio como loca, no sé qué me está pasando. Entro a la ducha y me tomo mi tiempo, uso mi jabón aromático. —Lukas, bonito nombre. ¿Qué demonios estoy diciendo? Despierta Natasha. Salgo del baño, no puedo creer lo que dije en voz alta, yo no soy de esa manera, además imposible que lo vuelva a ver, me visto con un pantalón de tela, un top y una chaqueta corta, zapatos de tacos altos. Me maquillo a modo de no ser tan exagerada, tengo que estar presentable para no avergonzar a mi padre. Bajo rápidamente para ayudar a Lucrecia, pero para mi sorpresa todo está listo, aprovecho ir a ver a Ricardo si ya está listo, al igual que yo, está asombrado que nuestro padre traiga a alguien a comer, le ayudo a peinarse. — Naty, Richard no ha llegado. — Ya me di cuenta, este muchacho me sacará las canas antes de tiempo. — Hermana, sabías que nuestro hermano toca esa música en bares. —En bares, no lo sabía, no sé qué vamos a hacer con él, después de la cena le diré a mi padre. —Chicos, su padre ha llegado. —Ya vamos Lucre. Apurémonos, no queremos hacer esperar al invitado de papi. Ambos salimos del dormitorio y bajamos las escaleras, veo primero a mi padre, ambos le damos la bienvenida con un beso en la mejilla, en eso miro hacia el invitado, me quedo en Shock cuando veo a Lukas. —Hija, que bueno que estés en casa, te quiero presentar al señor Weber. —Hola. —No sé que más decir, el tipo que me imagine no volver a ver en mi vida. —Hija que pasa con tus modales. —No se preocupe su hija y yo ya nos conocíamos. —¡Deberás! Tome asiento por favor, señor Weber. —Llámeme, Lukas. —Pueden pasar al comedor. —Interrumpe Lucrecia. Todos caminamos al comedor, la comida está servida, trato de no hablar mucho, a él lo tengo comiendo frente a mí, todos comemos en silencio, trato de no llenar mucho mi boca, para que mentir, apenas estoy masticando, ese hombre me pone muy nerviosa. Al terminar de comer mi padre nos dice que pasemos a la sala, me pide que saque el mejor vino que tenemos, les sirvo una copa a él y otra a mi padre, me siento junto a mi hermano. Él me mira de vez en cuando, para mi suerte siempre me cacha mirándolo. Mi celular suena y pido permiso para retirarme. —Halo. —Contesto cuando estoy en la cocina. —Hermana, ven por mí. —Richard, ¿Qué pasa? —Hermana, te mando la dirección, estoy herido. No le digas a nuestro padre. —Mándame la dirección, voy de inmediato. —Me dirijo a la sala, trato de estar tranquila. —Papi me disculpo, tengo que salir, una amiga tuvo una dificultad y pide mi ayuda. —A estas horas de la noche, no es seguro. —Es aquí cerca, no te preocupes, llevaré mi celular. —Hija... —Si desea la puedo acompañar, yo estaba por retirarme. —Eso es perfecto, deja que el señor Lukas te lleve. —No me queda de otra, mi padre puede sospechar. —¡Está bien, vámonos! Salimos de la casa, él hace sonar su auto abriéndolo a la distancia, miro el auto y me acerco. Entro acomodándome en la parte del copiloto, no decimos nada, él se coloca el cinturón, yo fui lo primero que hice. —¿A dónde vamos? —No le diga nada a mi padre, al parecer hirieron a mi hermano. —¿Qué hermano? —Richard, es un caso especial, me acaba de llamar diciéndome que está herido, esta es la dirección, gracias por acompañarme. —Él pone su GPS del auto para que nos guíe a esa dirección. —Es un placer ser tu cómplice. —Me sonríe tan bonito, sacudo mi cabeza por mis vagos pensamientos. Tengo los nervios de punta, no sé qué fue lo que le paso a mi hermano para que este herido. Lukas me dice que estamos cerca, miro por la ventana para ver si lo veo, en eso miro una persona con las características de mi hermano sentado en la banqueta de la calle. —Mire hacia allá, parece que es mi hermano. —¿El tipo de n***o? —¡Sí, es él, apárquese cerca, por favor! Lo miro sostener uno de sus brazos, en cuanto él se detiene, me bajo enseguida, me apresuro a llegar a él, mi hermano levanta la cabeza, me sonríe en cuanto me ve, en eso le miro la mano ensangrentada. —¡Dios santo! ¿Qué te paso? —Hermana, estoy herido, me duele mucho. —Súbelo al auto, hay que llevarlo a una clínica. — Me dice Lukas. Él me ayuda con mi hermano quien del dolor ni ha preguntado quien es la persona que nos ayuda, lo acomodamos en el asiento trasero, acostado, se ve que ha perdido mucha sangre, tengo curiosidad en que fue lo que le paso.
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