NATASHA Hemos salido de la casa, algo me dice que esto no va por buen camino, mis alarmas van al cien. No puedo confiar en este hombre, algo no está bien, ni siquiera me conoce para ayudarme, además, como va a traicionar a su hermano. Es imposible, miro a todos lados, esta ciudad no la conozco, además está oscuro, no se ve bien hacia fuera. No tengo papeles ni dinero. Lo volteo a ver y su mirada está al frente manejando sabiendo a donde dirigirse. ¿Cómo viajaré sin papeles? No siquiera me ha preguntado. —Te puedes detener en esa gasolinera. —¿Por qué haría eso? —Tengo ganas de hacer del baño. —¡Ahorita! Ya nos están esperando, es tarde. —¿Quién, nos espera? —La persona que te llevara a tu hogar. Muy pronto serás muy feliz. —Entiendo, pero no soporto las ganas de ir al baño. —¡E

