Mary Dios qué bien huele, sigue oliendo a él, a recuerdos, a cariño. No puedo soltarlo ni hablar, si hablo lloraré. Nunca imaginé que lo extrañaba tanto hasta que lo ví, él fue mi primero en muchas cosas y siempre lo he recordado con cariño, nuestra historia fue muy bonita. Mamá y papá lo adoraban, siempre fue un buen chico atento, cariñoso y respetuoso. Mamá decía que era el amor de mi vida, que no lo dejará escapar porque me iba a arrepentir. Pero yo no las podía dejar, ella y Camí me necesitaban y para mí ellas siempre fueron prioridad. Martin lo entendió y jamás me lo reprochó, entiendio mis razones y me dijo que siempre me amaría que algún día nos encontraríamos en el camino. Acaso esto era una señal del destino. –Angel necesito seguir respirando para poder seguir abrazándote –dice

