Capitulo 19

1307 Words
Cris se la pasó todo el domingo haciendo su tarea y escuchando música romántica a todo volumen, sus papás estaban felices al ver qué su hija volvía a ser la misma que era. Pues los dos besos que le dio Taylor la traían loca, hasta su mamá la notaba con ese brillo de amor en los ojos. —Amor, nuestra hija ya estaba enamorada de Taylor. —¿No me digas que es el chico que la salvo hace tres años cielo? —Sí, es él. —Vaya, con razón, entiendo todo ahora y me alegro por la princesa. El lunes. Cris se puso un short y una blusa de tirantes, pues hacia mucho calor. Cuando llegó a la prepa ya estaba Taylor esperándola, la ayudo a bajar de la moto, le entregó un ramo de rosas de su color favorito. Nosotras vimos como Tay le da un detalle, nos quedamos sorprendidas. Yo le di un beso en la mejilla a Cris, y se puso roja. Nos unimos a las chicas para cantar en broma, ay amor, amor va creciendo entre nuestros amigos. Los dos volteamos y no les quedamos viendo, nos empezamos a reír de sus locuras. Acompañe a Cris a su salón. Veo que todavía no entraba el maestro y les platico del beso que me dio Tay el sábado. —Cris, ¿y lo besaste también? —Ese si se lo acepte. —Amigo, que te está sucediendo con Cris. —No se imaginan nada, fue algo que me sucedió hace tiempo atrás, fue en un viaje. —¿Cris es la chica que habías salvado hace tres años? —Sí es ella. —Pregunto algo—¿no he visto a Livier y ni a las demás? —Se cambio en la tarde y sus amigas también, solo por este semestre, así que puedes andar sin problemas a conquistar a ya sabes quién. —Tienes toda la razón amigo. —Bueno, así Cris puede estar calmada. —El sábado la bese, no me puede aguantar las ganas y que creen, ella me lo correspondió. —Se me hace que ya huele a amor verdadero, sólo estás a un paso de que ya te digan que “sí”. *** Sonó el timbre de recreo, Cris y sus amigas se encontraron con los chicos, que las estaban esperando, todos se sentaron juntos. Taylor le decía cosas bonitas a Cris al oído para que no oyeran los demás. Los dos era muy penosos para decirse cosas delante de todos y prefirieron los dos decirse las cosas al oído uno al otro, Taylor le daba un beso en la mejilla, así se la estuvieron pasando. Ya que dieron el timbre, Cris se fue con sus amigas al salón, para la siguiente clase. —Ay amiga, toda la escuela no les quitaban las miradas. —Dice una de mis amigas. —Sí, me di cuenta y él también. Escucho el timbre de salida. Salgo corriendo para irme con Cris, hasta que llegue a su casa y después yo también. Entro a mi casa una vez que me despedí de Tay, ya que me acompañó hasta acá. —Princesa, mañana te tienes que llevar tu patineta—dice mi papá una vez que entro a la casa—me dejas tu mochila en mi bicicleta. —No se preocupen, yo ya la había puesto en la bicicleta de tu papá ayer. —Interviene mi mamá. —Gracias mamá. Cris se sube a su cuarto a hacer la tarea. Ya que terminó de hacerla, se bajó a cenar. A la mañana siguiente, su papá la llevó a la prepa, como hoy es viernes las chicas se quedaron sorprendidas al ver lo que traía. —¿Cris por que traes la patineta? —Se me olvido decirles qué todos los viernes vienen mis papás en la bicicleta y yo me voy con la patineta a la casa. —Ah, ósea que a partir de hoy te la vas a traer. —No sabía que patinabas. —Ni yo sabia que tu también. —Es que mis papás vienen por mí de la prepa, para ir a mi casa mis papás traen sus bicicletas y yo me voy con mi patineta. —Que bueno, ¿a poco sabes trucos? —Sí, muchos, hasta participe en un concurso que hubo en los Ángeles hace tres años y gané, pues para el final había hecho un truco peligroso, nadie más lo hizo. En eso, Taylor le da una caja de chocolates en forma de corazones y una carta de amor. Hace un mes le llevó serenatas a Cris y él canto una canción bien romántica “si nos deja”, Cris estaba llorando. Taylor cada día la sorprende más y se iban enamorando los dos, cada día más y más. Pasaron los tres meses Taylor estuvo todo esté tiempo dándole regalos, cartas de amor, una que otra serenata y decidió que ya era el momento de pedirle que fuera su novia. Pero primero tenía que pensar como se lo iba a pedir, tiene que ser un lugar mágico y romántico para los dos y se acordó donde la llevo el otro día, pero va tener que hacer en la noche y el sábado. —Ocupo de su ayuda. —Les digo a mis amigos. —¿No me digas que le vas a declarar tu amor a Cris? —Sí, pero no le digan nada a Cris. —Cuenta con nuestro apoyo. Cris se arregló, pero Tay le dijo que iba a ser en el lugar donde comieron el otro día. Al llegar Tay por ella se despidieron de sus papás, pues noto algo extraño en ellos dos, lo que no sabe es que fue a hablar con sus papás y les dijo lo que iba hacer, ellos estaban muy contentos con la idea. —¿Tú sabes porque mis papás estaban tan raros? —Fui con ellos a pedir permiso, para que pudieras llegar algo tarde, a lo cual me dijeron que “sí”. —Tay, me voy a caer si no veo por donde voy. —Solo toma mi mano, te voy a ayudar para que no te caigas. —Esta bien. A llegar le quitó la venda. Ya al ver que estaba todo listo nos pusimos a cenar y cuando llego el postre, veo algo que decía: —¿Quieres ser mi novia? —Sí, quiero ser tu chica. Saco mi guitarra, Cris conocía la canción a la perfección con tan solo escucharla. Sabia cuál era, nunca olvido los acordes. Taylor NO PUEDO OLVIDAR EL TONO DE TU VOZ ME EXTENDIO LA MANO, NECESITABA AMOR Cris NO PUEDO OLVIDAR EL MAR DE TUS OJOS SI EN EL FONDO DE ELLOS BRILLA MI DOLOR Taylor CUANTO TIEMPO DEBO, Los dos ESPERAR UN RAYO DE SOL Cris CUANTO TIEMPO DEBO, Los dos CAMINAR PARA LLEGAR A TU AMOR Los dos NO ME ESPERES, NO ME DEJES, YO TE ENCUENTRO EN SU MOMENTO NO ME HABLES, NO TE BUSCO, YO ME PIERDO ENTRE TUS BESOS NO LO PUEDO EVITAR… NI TU, NI YO LO PODEMOS EVITAR NO ME ESPERES, NO ME DEJES, YO TE ENCUENTRO EN SU MOMENTO NO ME HABLES, NO TE BUSCO, YO ME PIERDO ENTRE TUS BESOS NO LO PUEDO EVITAR… NI TU, NI YO LO PODEMOS EVITAR Ya que terminaron de cantar, se pararon y estuvieron bailando los dos. Taylor poco a poco se acerca más a Cris y la beso, tuvieron que parar por falta de aire y se volvieron a besar, en eso tuvieron que parar. Tay fue a dejarla a su casa. Al entrar, suspiro tan fuerte que mis papás oyeron. —Ya llegó la noviera, cielo. —¿Ustedes sabían? —Bueno, ay que irnos todos a dormir y mañana hablamos.
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