Capítulo IX «Se lo permitiste»

3006 Words
Mi hermano esta siguiendo mis pasos como un perrito faldero, aun me sorprende que siga aquí junto a mí y Michelle luego de que soltara todo lo que paso aquella primera vez. Su actitud sobreprotectora es más de lo que he creído, pero al parecer su meta de protegerme sobre cualquier cosa es todo un hecho y en lo general, no me siento mal por ello. Sé que ha renunciado, pero no sé porque aun esta siguiéndome en lugar de estar buscando un nuevo trabajo, no estoy entendiendo con claridad. -Si quieres que me vaya solo dilo- sus palabras me hacen cuestionar por un momento si de verdad esta tan metido en mi cabeza como estoy creyendo que lo está. -No quiero que te vayas, solo que no sé si es correcto que estés todo el día acá- suelto y el niega encogiéndose de hombros. -Puedo estar donde se me permite y lo sabes- dejo salir un suspiro porque sé que él tiene razón en lo que me está diciendo, así que trato de ignorar lo que estoy pensando y me siento en una de las bancas de metal con él a mi lado. -¿Qué pasa con tu trabajo?- pregunto mientras estamos al parecer, solamente viendo una pared color blanco. -¿Eso te preocupa?- mi pregunta es respondida con otra pregunta. Ruedo mis ojos con algo de gracia y él sonríe –No tienes que preocuparte por eso, hermanita- recuesta su cabeza en mi hombro y tengo que pensármelo dos veces antes de poder formular otra pregunta, pero no lo hago y suelto lo que se me viene en mente. -¿De que estas viviendo?- le pregunto y él se encoje de hombros. -No soy un hombre pobre Lili, y lo sabes- ladeo la cabeza y luego niego –Lo siento, a veces se me olvidan algunas cosas- aparto mi rostro para ver hacia el otro lado del pasillo –He hablado tanto contigo que a veces se me olvidan algunas cosas- él toma mi mentón y me hace verlo –Lo siento- niego con una sonrosa. -Quisiera recordar cada una de las historias, pero no puedo Alex- bajo mi rostro y me quedo mirando hacia mis manos, tengo algunas venditas en los dedos. -Soy yo que él vive como en otro mundo- ladea una sonrisa –Me sentía acabado Lili, me sentía perdido y la única que me hacía sentir fuerzas era tu- lo veo negar y luego una lagrima baja por su mejilla. -Estoy aquí- sonrió y dejo un beso en su mejilla. -Pero antes no- su confesión era tan dura para el como para mí, y aunque pareciera unas simples palabras, nos estábamos clavando una daga inconscientemente. -Lo sé y lamento tanto eso- el niega tomándome de las mejilla.  –Nunca lo lamentes, soy yo el que debo pedir perdón- niego de nuevo y dejo un beso en su nariz. -Creo que ninguno- sus puños de aprietan –Alexey, ninguno- su mandíbula se aprieta y luego vemos a Michelle venir junto a Will. -Señorita McFavior- sus palabras son suaves y algo chillonas, como las de un niño y me hace sonreír –Buenos días- le dice a mi hermano. -Buenos días- es su respuesta mientras tiene tomada mi mano. -¿Él es Trevor?- William hace la pregunta y Alex aprieta mi mano y niega. -No, claro que no- responde con la calma que no trasmite su mano apretada a la mía –Soy Alexey McFavior- extiende la mano y William abre sus ojitos en sorpresa. -Su hermano señorita McFavior- el camino hacia mi hermano y le extiende la mano –Es todo un placer- su voz se hace más gruesa y no puedo evitar verme con Michelle que esta aguantado la risa. -¿Ese cambio?- Alex no puede detener sus palabras y yo trato de ocultar la risa. -Si Raquel me rechaza mi siguiente prospecto de chica es la Señorita McFavior- su pecho se hincha y no puedo evitar abrir grande mis ojos. -¿En serio?- el tono de voz incrédulo de mi hermano me causa risa y le aprieto su mano –No puedo permitir eso, mi hermana es solo mía- Alex se acerca quedando cara a cara con William, y su mirada seria aparece en el rostro causando que Will trague hondo –Primero debes pasar por sobre mi antes de estar con mi hermana- -Me hare digno- dice con su voz temblorosa –Solo si Raquel me rechaza- mi hermano se endereza. -¿Por qué mi hermana seria tu segunda opción? Si no es la primera no tienes mi permiso- la autoridad en la voz de Alexey me da gracia. Michelle se sienta a nuestro lado viendo la escena y como se está desenvolviendo. -Porque Raquel es la luz de mis ojos- comenta contemplando al techo como si pudiera ver a través de él. -Si una chica es la luz de tus ojos no puede sir por la vida teniendo una segunda opción, ni mucho menos decírselo a la chica ¿Me entiendes?- ladea su cabeza en busca de entendimiento. -¿No puedo?- la pregunta de Will nos hace negar a los tres. -Eso hace sentir a la chica inferior ¿Ehm?- mi hermano hace un ademan con la mano. -William, él se llama William pero le decimos Will- Alex asiente y lo mira. -Una chica no puede sentirme menos William, eso destroza el corazón de las chicas y nosotros como hombres y caballeros debemos de amarlas como se corresponde- baja su rostro y se sienta al lado de mi hermana. -Lo siento señorita McFavior, haga como que no dije nada- sus ojos se iluminan y mi hermano niega con una sonrisa. -Ella puede olvidarlo, pero yo. Will- el pequeño traga hondo y luego vemos aparecer a su madre en búsqueda de él. -¡No puedes siempre perderte de esa forma!-  la mano en su pecho nos deja claro que alguien se escapó. -Lo siento señora, yo lo he traído- Michelle se levanta –Me lo he encontrado y me ha dicho que usted le ha dado permiso- ella baja su cabeza en reverencia pero la mujer niega. -Gracias por cuidarlo pero debemos irnos. William- ella extiende su mano y el niño niega tratando de hacerse pequeño en el asiento. -¿Qué ocurre?- pregunta Michelle. La madre la mira un momento y deja salir un suspiro mirando al niño, a nosotros  y luego a Michelle. -Tenemos que ir a la revisión y luego a la sesión- mi hermano mira al pequeño Will y pasa su mano por la mejilla. -Debes ir, pequeño. ¿Si no vas como esperas que Raquel este con su chico de brillante armadura?- sus palabras son suaves y tranquilas. -No quiero- la voz ahogada de William nos estremece a todos y su madre esta tratando de contener las lágrimas. -Sé que no quieres, pero debemos, debemos si quieres estar mejor- la voz de su madre y la súplica implícita nos deja en un trance. -Prometo que luego de esto, podemos llevarte a comer pastel ¿Eso te gustaría?- vemos a la madre de Will y ella asiente en aprobación. -¡YEY!- salta de emoción y luego nos ve -¿Estará el señor McFavior?- mira a mi hermano tomando la mano de su madre y el asiente. -Toda una promesa- El niño se va corriendo detrás de su madre para al parecer llegar más rápido, según él mientras más rápido iba, más rápido salía de aquel lugar.   -¿Cómo estás?- Michelle me pregunta con algo de armonía en su voz –He encontrado unos cuadernos para pintar ¿Les apetece acompañarme?- la oferta parece tentadora y a mi parecer, muy a  mi gusto. -Claro que nos gustaría- Alex responde por nosotros. Aprieta mi mano y me levanta -¿Podemos comprar galletas para comer?- Michelle asiente y antes de caminar hacia nuestros cuadernos de dibujos vamos hacia la cafetería. Alex nos deja en la entrada mientras él se dirige hacia el chico que siempre nos atiende y hace su pedido. Me quedo mirándole hasta que Michelle golpea un poco mi brazo volviendo a traer al mundo. -¿Él ya está mejor?- asiento a su pregunta y paso mi mano por su brazo. -No te estreses, es un poco delicado con ciertos temas- recuesta su espalda en la pared y asiente mirando hacia él. -Solo está preocupado por ti- ladeo mi cabeza restándole importancia a algo que realmente si tiene, solo que no quiero que ella lo sea, por lo menos no más de lo que ya exteriorizo. -Siempre, solo que durante cierto tiempo se ha vuelto un poco peor, no me molesta en lo absoluto, lo entiendo desde su perspectiva, estaría igual que él, aunque yo no podría hacer mucho- alzo mi brazo y muestro mi nula musculatura. Michelle se ríe tapando su boca y niega –Estoy segura que puedes derribar algunos mariscales de campo- alzo mi otro brazo. -Quizás unos quince, estoy segura que los dejo casi muertos- comento con gracia. -¿A quién vas a dejar casi muertos?- Alex pregunta llevando la bolsita en la mano. -A unos quince mariscales con mis súper músculos- hago una pose alzando mi ceja y el analiza. -Quizás veinte- acota y los tres soltamos a reír. -Disculpa que interrumpa toda nuestra charla, pero aún tengo una pregunta- Michelle dice logrando que dejemos se reír pero mantengamos nuestras sonrisas -¿Trevor te pidió disculpas?- pienso un poco antes de girar el rostro. -¿Por la forma brusca de tratarme?- hago la pregunta y Michelle asiente.     Hace 7 años y 1 mes…   «El tráfico estaba volviéndose insoportable, las rutas de acceso estaban casi cerradas por la gran cantidad de autos abarrotados. Se supone que no tardaríamos mucho con la Señora Harris pero resulta que los antiguos dueños del departamento no habían dado señales de vida y nos tuvimos que quedar allí por lo menos unas tres horas en espera de la respuesta. Al parecer estaban en una junta a las afuera de la ciudad y no tenían cobertura, lo que había puesto de punta a Trevor que estaba con un ánimo que ni el mismo podía soportarlo. Estaba en completo silencio, el auto ni siquiera tenía algo de música, su respiración se estaba agitando a medida que seguíamos escuchando los pitidos de los autos, cada quien estaba en su mundo pero no podía negar que hasta me estaban haciendo volver un poco insoportable de solo escuchar el insistente pitido. Trato de ver fuera del auto y como una pareja estaba peleando, el hombre golpeaba el volante con las palmas abiertas y me hizo recordar la forma en que Trevor había tomado mi brazo con fuerza. -¿Realmente te gusto ese departamento?- la voz de él parecía amortiguada. No demostraba querer hablar en ese momento, pero es como si no hubiera salida para ello, ambos estábamos allí encerrados, sin música y un ambiente tenso, quizás lo ha de notar y está tratando de que no parezcamos dos extraños en un auto por tener un mal día, por lo menos el. -Me gustan los ventanales, es cómodo y céntrico- digo mirándole el perfil del rostro. -Sí, es agradable, la señora Harris hizo un buen trabajo ¿No crees?- asiento a sus palabras y luego veo como acerca su mano al reproductor del auto pero las emisoras no están disponibles. Cierro mis ojos cuando veo el golpe en su estéreo y vuelve a poner su mano encima del volante, la otra está apoyada en el pequeño filo de la ventana mientras sostiene su cabeza, alguno de sus dedos están sobando el área de la sien. -¿Mal día?- hago la pregunta pero el solo suelta un suspiro. Lo peor paso en ese momento, y es como si la vida no estuviera de lado de quienes estaban en esos autos ya llenos de dilema y algo de cansancio, que la lluvia arraso y las gotas caían con fuerza. Deje caer mi cabeza en el asiento cuando vi como Trevor encendía los limpia parabrisas, el movimiento de ellos me hacían querer arrancare los cabellos porque no es que me molestaran, era que ya no quería estar dentro de este vehículo, las personas siguen pitando como si los que estaban delante de nosotros se estaban moviendo. -¿Las personas son estúpidas o qué?- suelto la pregunta mientras me giro para ver los autos detrás de nosotros, no puedo ver casi nada porque el vidrio trasero estaba lleno de gotas de la lluvia. -¿Ah?- el aldea su cabeza y me ve con algo de intriga. -Esas personas siguen pitando como si nos estamos moviendo, estamos en el mismo maldito lugar desde hace media hora ¿Qué esperan?- dejo salir un suspiro frustrada. No me giro a ver a Trevor porque sinceramente mi temperamento estaba comenzando a salir, pero todo exploto cuando tres pitidos sonaron de una buena vez  causando que un dolor de cabeza agudo explotara, una migraña estaba segura me ganaría esa noche. -¡Mierda!- Gimo de molestia y abro la puerta de golpe. -¡LILI!- gritan dentro del auto para ya he cerrado la puerta. -¡¿QUÉ TE PASA MALTIDO IMBECIL?!- grito al auto que esta dos puesto detrás de nosotros. El agua empapando todo mi cuerpo, mi camiseta ya estaba completamente húmeda y mi cabello estaba pegándose a mi rostro mientras me movía con rapidez hacia el auto. Pase al otro lado y golpee la ventana del conductor pero el ahombre se sobresaltó junto a la mujer que estaba a su lado, ambos me miraban asustados mientras le golpeaba el cristal. Ellos no querían bajar las ventanas. -¡¿ERES IMBECIL?!- le vuelvo  gritar y ahora golpeo el vidrio de la mujer que esta encogiéndose – ¡NO NOS HEMOS MOVIDO DESGRACIADO,  NO ERES EL UNICO PARADO EN ESTA MIERDA!- suelto con molestia y veo como Trevor está a mi lado mirando el auto. El golpea el capo del auto y luego veo como el hombre al lado del auto también se baja y golpea el capo. -¿DECIME QUE TE TIENE DESEPERADO? YO TAMBIEN LO ESTOY Y NO ANDO PITANDO COMO LOCA- el hombre se baja del auto y Trevor lo empuja de nuevo hacia dentro. -¿Cuál es tu problema?- pregunta encogiéndose dentro. -¿Crees que tienes un maldito mal día? Todos aquí queremos llegar a casa y por gente como tú hace peor la estadía- dice Trevor con algo de molestia y luego me toma de la mano y tira de mi mano cuando el hombre ha asentido con algo de vergüenza. Giro mi rostro y veo como otras personas se han acercado a decirle unas cosas antes de que el cierre su auto, luego me veo entrando al auto junto a Trevor. Su rostro esta serio y comienza a negar como loco antes de girar a mirarme. -Estás loca- niega pero una sonrisa se forma en sus labios – Una maldita loca- pasa sus manos por el rostro y luego se gira a mirarme con una sonrisa más grande en su rostro -¿Qué harías si tu hubiera golpeado?- me pregunta pero yo niego. -Tengo estos- muestro mis músculos y él se ríe. -Puedes vencer quizás unos cuantos mariscales de campo con esos bíceps y tríceps- sus palabras me hacen reír con gracia y ambos terminamos riéndonos dentro del auto. Ambos empapados de la lluvia, con la música de mi teléfono llenando el ambiente y una tranca que estaba comenzando a despejarse, ambos teníamos un ambiente relajado y cómodo. -Lo siento- murmura antes de girar y acariciar mi mejilla –Lamento como te trate, tenía un mal día y todo empeoro- negó con algo de dolor y luego se acercó más a mí -¿Me perdonas?- su pregunta fue suave. -No te preocupes cariño- tome su mejilla entre mis manos y nos enfrascamos en un beso suave. -Te amo, nena- besa mi nariz. -Te amo, cielo- le digo cerrando mis ojos dejándome llevar por el momento.»   Fin del flashback   -Por lo menos se disculpó- dice Michelle mirando entre mi hermano y yo. Este último alzo su mirada y luego de verme se quedó pegado mirando a Michelle. -Por algo que en primera instancia no debía de haber pasado- sus palabras son ciertas pero el enojo en ellas es más evidente -¿Crees que debía disculparse por tratarla así? No simplemente debería comportarse como tal y no pagar sus rabiosas con ella ¿No crees que es así?- Michelle asiente. -Es un acontecimiento del pasado Alex- digo pero no parece sentirse cómodo con mi repuesta. -Como digas, pero para mí eso no de debió pasar principalmente-  el muerde su galleta y sigue pintando la rampa de patinetas. -¿Y realmente lo perdonaste?- me pregunta Michelle. Alex se queda ausente porque sabe la respuesta. -Claro que lo perdone, había sido solo un mal día- me encojo de hombros y Alex se queja pero no dice nada más. -¿Te sentiste mejor cuando lo perdonaste?- ladeo mi cabeza y luego asiento. -Puede que si, como dije, había tenido un mal día y luego todo empeoro- bajo mi cabeza buscando el color rojo entre la mesa para pintar un vestido. -Pero Alex tiene razón, él no debía tratarte así para empezar- muerdo la parte interna de mi mejilla y asiento. -Eso también lo es- la miro un momento y vuelvo a bajar la mirada. -Pero igual se lo permitiste- asiento y escucho el gruñido de Alex. -Lo hice- muerdo mi mejilla y nos quedamos en silencio. -También tengo naranja- Michelle me pasa el color mientras ella usa el azul. Mi hermano pinta un patinador, Michelle una cascada y yo a una chica bailando con un príncipe. Cada uno en su mundo de fantasías, olvidando lo que nos acongoja es este momento. Inclusive, lo que acaban de escuchar.
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