La pelinegra se puso de nuevo la toalla, tomó el teléfono, y le contestó a Andrew quien la llamaba con mucha insistencia. Ella cuando abordó el avión le envió un mensaje de texto y el hombre le dijo que apenas saliera de su trabajo la llamaría y la buscaría donde estuviera, pero que cuando llegara le avisara. Rosa no le avisó porque estaba sumida en sus pensamientos pensando en lo que hizo y también en su exesposo, a quien deseaba en gran manera. Entonces, ella de inmediato le atendió la llamada y le dijo lo siguiente:
Llamada telefónica:
—Hola, Andrew estoy en el hotel central Park.
Desde el otro lado de la llamada, el rubio al escuchar que ella estaba en aquel hotel tan lujoso, abrió sus ojos de par en par porque en ese hotel solo se alojaban los más ricos de Londres y también celebri
