Rosa al salir de la habitación se detuvo por unos momentos, puso la maleta sobre el suelo y cerró sus ojos con fuerza pensando en lo que casi iba hacer. Entonces, recostó su espalda sobre una pared y con los ojos cerrados se dijo: «Dios mío, casi caigo de nuevo. Definitivamente, Henry es muy peligroso para mí. Debo sacarlo de mi piel y de mi mente lo más pronto posible. Soy una tonta por sucumbir tan rápido como si no tuviera voluntad, ante ese hombre que me ha hecho tanto daño» Por otro lado, Henry rápidamente, tomó una de las almohadas que tenía sobre la cama, se la puso en su entrepierna para cubrir su calentura y salió de la habitación para buscar a Rosa no importándole que su abuela lo viera. Así pues, que al salir, la vio a ella a tan solo unos pasos de la habitación con sus ojos c

