Mientras tanto Ivan… Eran ya casi las dos de la tarde, e Ivan a pesar de que estaba en esa reunión con ese empresario tan importante el cual quería hacer negocios con él para lavar algo de dinero, no se podía concentrar muy bien. El hombre estaba muy ansioso con llegar a su casa e ir a visitar a Rosa María en aquel sótano para verla y hacerla suya porque ya estaba bajo sus dominios. En ese instante, el hombre moviendo uno de sus pies constantemente, sentado en aquella silla, con su mano sobre su mentón, deseaba salir de esa reunión lo más pronto posible pero no podía porque ese tipo de tratos le tomaban muchas horas. Asi que, sin prestarle mucha atención a lo que le hablaba su futuro cliente se decía en pensamientos: «¡Quiero tocarla!… ahora si no se podrá resistir a ser mía y ser mi muj

