—Gertrudis por favor, ya no te pongas más triste por lo que le pasó a nuestra señora. Ella se fue feliz y está descansando en un buen lugar esté donde esté así que no te preocupes. —Lo sé pero es que aún no lo puedo superar. Siempre quise que mi señora fuera eterna pero bueno estaba pidiendo mucho creo yo. —Exactamente, estabas pidiendo mucho. —Puso su mano sobre la espalda de Gertrudis y le dio pequeños golpes para consolarla—tranquila, nuestra señora siempre supo todo lo que hizo. —Pasará algo de tiempo para que supere esto pero sé que lo podré hacer. —Exacto, ahora debemos es esperar a que el señor Henry y Rosa María estén juntos para hacer lo que nos dijo nuestra amada condesa Agnes. El día anterior… La pareja de sirvientes se encontraba en la habitación de la condesa Agnes, par

