Mansión Wallas 3:30 am…
Gertrudis y Reginald se habían marchado a las cinco de la mañana de la mansión para tomar los trenes de la primera hora e ir a ver a sus familiares. Ambos se despidieron con un gran abrazo de la condesa y jamás pensaron que ese fue el último adiós de ella.
—¿Estará bien mi señora?
—¡Demasiado bien diría yo! recuerda que cuando vengas debemos limpiar mi closet. Hay que sacar algunos vestidos de allí sobre todo los de noche, hay varios que ya no me pongo —caminó hacia el closet y le sacó un vestido de fiesta de color morado —Sobre todo este vestido, ya no me gusta, lo vi bien y tiene muchos bolsillos.
—¡Si mi señora, no se preocupe, cuando venga limpiaremos su closet!
—Bueno ahora váyanse y pasen unas excelentes vacaciones. Gocen ese tiempo con sus familias y no
