—Señor Henry su madre llegó. ¿La dejo pasar? El pelinegro, mirando con su lupa unos rubies sentado en su silla le respondió. —Mmmm, dile que estoy ocupado. Enseguida, Pippa quien estaba detrás de la puerta, la abrió y muy molesta le respondió: —¡Henry! ¡viniste de viaje hace dos días y ni siquiera nos llamaste a tu padre y a mi ¿Por qué eres así? evades mis llamadas y ahora me evitas cuando te vengo a visitar? —Ah, mamá si vienes a molestar es mejor que te vayas, estoy ocupado. Pippa se acercó a él y quitándole la lupa especial de mirar joyas le dijo: —¡No puedes estar enojado toda la vida con tu padre y conmigo! ¡Y mucho menos por la tonta de Rosa! El hombre le quitó la lupa de la mano, y volvió a revisar los rubies. Así pues, que mientras los revisaba le contestó con prepotencia

