Stefan Hartford.
Tomo camino a casa, tenía cosas que hacer pero no tengo ánimos de hacer nada, deseaba quedarme más tiempo en el bar pero ni siquiera allí quería estar, extraño el trabajo y no puedo creer que lo esté haciendo, cuando comience nuevamente de seguro querré nuevamente vacaciones.
Paso un largo trayecto y llego hasta mi hogar, volteo a un lado y veo un deportivo color rojo estacionado, es el coche de Barbara, joder y yo que ni siquiera quería lidiar esta noche con ella, solo quería una ducha fría e irme a dormir, me siento un poco entusiasmado por la cena que tendré con Maia, es solo una cena para disculparme, fui un total idiota la última vez con ella, pero dios su olor a frutilla quedo impregnado en mi nariz.
–Hola hermanito, la perra de Barbara está en tu habitación, de s
