Dos oficiales vienen saliendo de los apartamentos y traen esposado al amigo de mamá, Saúl, es un cerdo y un maldito alcohólico drogadicto. Siempre que venía trataba de buscarle pelea a mi hermano, pero yo siempre lo enfrentaba. Aprieto mis manos de enojo y coraje a mis lados, tan pronto lo tengo de frente, me da una sonrisa, es un enfermo. Le doy un fuerte puñetazo que se estampa en su nariz, unos brazos me rodean y yo comienzo a moverme para soltarme. – ¡Eres un maldito! ¡Te odio! ¡Juro que esto te va a pesar! –tomo una bocanada de aire. –Yo, yo me encargare de que pagues esto de la peor manera, hijo de puta –me da una sonrisa de lado y sin contestarme, los oficiales se lo llevan. –Ya Maia, detente, ya –dejo de moverme, Stefan me suelta. –Stefan, yo me encargare de ese tipo tu deberí