Capítulo 1

1142 Words
Me llamó Dalila y llevó una vida humilde dentro del pueblo de Egipto, mi madre de nombre Míriam, desde que tuve memoria siempre trabajó en el palacio del faraón como la nana de la princesa y el príncipe, que en este tiempo, el príncipe de ese entonces, ya asumió al trono como nuevo gobernante de Egipto, tras fallecer el anterior soberano. Mi padre también, desde que tuve memoria, ha estado en el palacio, como parte del ejército imperial. Recuerdo que siendo pequeña, mi madre me llevaba al palacio, pudiendo ver como ella cuidaba a los dos hermanos, siendo un poco mayor el príncipe. Nunca tuve contacto directamente con ellos, solo cruzábamos algunas palabras más con la princesa que con el príncipe, pero nada más. Todavía mi hermana no era nacida, luego de cumplir mis seis años es cuando mi madre quedó embarazada y recuerdo, aunque no claramente, que una vez nacida mi hermana, mi madre dejó de trabajar, explicándole las razones a la reina de aquel entonces, hasta que llegue a cierta edad donde al final podía manejarme sola (aunque no en su totalidad), y cuidar de ella de todas formas. Yo a mis nueve años, ya sabía muchas cosas de la casa que aún mi hermana está aprendiendo y eso fue así hasta cierto tiempo, cuando mi madre un día llegando del palacio, me dijo que mi tía Layla (la hermana de mi padre), vendría a quedarse un tiempo en casa, tras el fallecimiento de su esposo y que mientras ella estuviera aquí, iría con ella y trabajaría en el palacio como criada de la princesa. Míriam: ...Como te he dicho hija, la princesa necesita una nueva criada, así que sabiendo de antemano la venida de tu tía, le dije que tú podrías serlo y al parecer quedó muy contenta por ello. – hizo una pausa y continuó hablando – . Tal vez tú no recuerdas bien, pero ella jugaba contigo cuando ibas al palacio conmigo, como las dos tenían la misma edad se entendían muy bien. Dalila: Seguramente ni ella recuerda esos tiempos. Míriam: Puede ser, pero siempre sintió cierto afecto hacia ti. Dalila: Comprendo… Míriam: Así que mañana, te vendrás conmigo al palacio para que conozcas a la princesa, mejor dicho… la vuelvas a ver después de tanto tiempo. Dalila: De acuerdo, madre. No hay problema. Hacía tiempo que no iba al palacio, más o menos desde mis diez. Hasta entonces, cuando ya tenía quince años. Muchas jóvenes de mi edad, trabajaban en el palacio, era lo normal. Bien ingresaban como criadas para ser todo tipo de tarea o bien ser servidora de un solo amo. Pero algunas, no solo ingresaban al palacio para ser sirvientes, sino que acarreaban en sus hombros otras intenciones, como por ejemplo terminar siendo concubinas del faraón. No se realmente si algunas de ellas lograron su objetivo, pero a mi parecer sí. *** Al día siguiente, mi madre y yo nos dirigimos al palacio, los soldados al verla la saludaron y de inmediato nos insertamos dentro del mismo. Sin decir palabra alguna, me llevó por unos largos pasillos, hasta los aposentos de la princesa, pero al llegar hasta la puerta, antes de que mi madre tocara, escuchamos las voces de dos personas, de un hombre y de una mujer. Mi madre se retiró de la puerta y la seguí, ubicándonos en un lugar alejado de la misma, pero teniendo la posibilidad de ver quién salía de ese lugar. Míriam: Tendremos que esperar, la princesa está conversando con el faraón. Esperamos un rato y luego, vemos salir al faraón con su traje distinguido y esperamos a hasta que se alejó para volver a la puerta y golpearla. Princesa: Adelante. – dijo la princesa, cuando escuchó los pequeños golpes de mi madre a la puerta – . Madre ingresó e hizo una reverencia al verla, yo hice lo mismo y mamá empezó hablar. Míriam: Buenos días, princesa. Princesa (sonriendo): ¡Buenos días! Míriam: Recuerda que le dije que le traería a mi hija mayor, Dalila. Princesa: Por supuesto que lo recuerdo, estaba ansiosa por conocerte Dalila, bueno… mejor dicho verte, porque ya nos conocemos de antes. Pero para que sepas, mi nombre es Alia. Dalila: Es un placer conocerla princesa, estoy aquí para servirle. Alia: Gracias Dalila por tu disposición. Creo que nos llevaremos bien, porque se que tenemos la misma edad y seguramente algunas similitudes. – siguió hablando, sin parar de sonreír – . Luego… nuevamente miró a mi madre y dijo que se retirará, ya que quería hablar conmigo a solas. Míriam: Lo que usted ordene, princesa. – hizo nuevamente una reverencia y se fue. Alia me miró nuevamente y se acercó más a mí, yo no levanté mi cabeza por nada del mundo, era la señal de respeto que debías mostrarle a quienes vivían en el palacio y eran superiores a ti. Alia: Por favor, levanta tu cabeza, no soy el faraón para que estés así. Obedecí lo que dijo y levanté la cabeza, ella agarró mis manos y dijo sonriendo: Alia: Así está mejor, te soy sincera, estoy feliz de tenerte conmigo sobretodo sabiendo que eres la hija de Míriam, una mujer que aprecio tanto desde que falleció mi madre, para mí es como mi segunda madre y tú, sino te molesta que te lo diga, como una hermana que nunca tuve. – hizo una pausa y continuó hablando – . Se que recién nos conocemos formalmente, pero te aseguro que así lo siento. Dalila: Me alegra de saber eso, princesa. – respondí sonriendo – . Alia: Por lo tanto, eres libre de hablar conmigo de todo lo que te pase, te aseguro que te apoyaré y te ayudaré si es algo que está a mi alcance. Dalila: Agradezco su amabilidad, lo mismo va para usted, puede confiar en mí en todo lo que diga y seré una tumba. Alia: Estoy segura de que si – dijo dándome un abrazo – . Pero hablando de otra cosa… seguramente querrás saber cual será tu trabajo aquí. Dalila: Así es princesa. Alia: Bueno serás mi compañera, mi amiga, quien me acompañe a todas partes. Tendrás que ayudarme con la vestimenta, prácticamente el trabajo pesado no te lo dejaré a ti, ni tampoco a tu madre, tú solo tendrás que servirme el té, comunicarme si algún otro trabajador quiere hablar conmigo y algunas otras cosas. Dalila: Entiendo… Alia: Como ves, realmente no serás mi criada, sino más bien mi doncella, que es lo que realmente necesito ahora. Era un honor ser doncella, es un puesto muy importante y no todos tienen la posibilidad de serlo, muchas veces necesitas ser primero criada para llegar a ello.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD