Desperté cuando la luz del sol deslumbró mi rostro, yo estaba en una silla al lado de la princesa, no recordaba que para dormir me había tapado, pero sin embargo me desperté envuelta en una manta.
No tenía la cabeza para pensar quien lo había hecho, así que ignoré el hecho y nuevamente me acerqué a la princesa para ver cómo se encontraba.
Fue un alivio para mí saber que su fiebre había bajado y respiraba con normalidad.
Dalila: Gracias a los dioses que no empeoró
Me dije para mi misma y en ese momento Alia despertó.
La alegría se apoderó de mí cuando vi que había despertado.
Dalila: Oh princesa, que bueno que haya despertado.
Alia me miraba confundida y quiso enderezarse para sentarse en la cama, yo la ayudé y listo.
Alia: ¿Qué pasó? ¿Por qué me dices eso?
Dalila: No recuerda, pri
