Punto de vista de Sheila
Estaba débil. Muy débil. Mis ojos ardían por el cansancio que me invadía. Podía sentir todo mi cuerpo en llamas, mientras cada hueso de mi cuerpo dolía de dolor. El fondo de mi estómago también ardía con un dolor similar.
Gemí, rezando a la Diosa Luna para que este dolor desapareciera.
Gemí de nuevo, moviéndome, esperando encontrar algo de consuelo, pero no pude encontrar ninguno. Killian. Más que nunca, anhelaba su toque, su cálido y reconfortante toque.
De repente, me di cuenta de dónde estaba. En completa oscuridad. Estaba cubierta de oscuridad. ¿Estaba dormida?
Oh no. Tenía que despertar.
Comencé a luchar internamente, esforzándome por abrir los ojos. Mis pestañas se sentían demasiado pesadas y mis párpados se negaban a levantarse. Con mucha dificultad, p
