Punto de vista en tercera persona Killian sintió una punzada aguda en su alma, y algo en su interior despertó. Algo peligroso y oscuro. Se estaba extendiendo por cada hueso de su cuerpo, infectando su sangre con su oscuridad. Luchó más profundamente para contener al demonio en su pecho. Pero era mucho más fuerte, queriendo libertad y dominio. Sin previo aviso, sus ojos se abrieron, brillando como una antorcha roja. Los labios de Killian se abrieron, soltando un gruñido amenazador. Al instante, la oscuridad cubrió la conciencia de Killian. Y el demonio estaba libre. El cuerpo de Killian vibraba, soltando un gruñido fuerte y amenazador que hacía temblar la tierra. Pequeñas rocas en la cueva se desmoronaban al suelo mientras otro gruñido salía de los labios de Killian. Sus ojos ardían en u

