Punto de vista de Sheila
A la mañana siguiente, ya estaba despierta y aún sentía la presencia del cuerpo de Killian en mi piel. Aún no podía superar ese momento, odiaba la inevitable verdad de que, por mucho que detestara el hecho insano de que Killian me afectaba, sin vergüenza, anhelaba más de sus caricias.
Suspiré, avergonzada por mis pensamientos.
He estado encerrada en mi habitación desde que fui conducida de regreso por ese traidor conocido como Morgan. Para ser honesta, esto no era lo que esperaba que me sucediera cuando me atraparon; normalmente, se consideraba un crimen atroz para una Luna huir, abandonar su manada y su compañero, pero afortunadamente, ni siquiera me encerraron en el calabozo o fui severamente castigada.
Menos mal.
El picaporte de mi puerta se abrió, haciéndo
