Punto de vista de Killian
Llevé a Sheila fuera del castillo hasta los límites del Este de la manada, junto al río fresco. Ella seguía retorciéndose de tanto dolor. Su dulce aroma y excitación me tenían completamente embriagado de ella.
El sol ardiente ya había tomado su sombra, me comuniqué mentalmente con todos para que se mantuvieran alejados de los límites del Este.
Mis ojos se fijaron en Sheila mientras jadeaba con una necesidad similar por ella. Su aroma me tenía intoxicado y la forma en que me miraba me excitaba aún más con el deseo de follarla una y otra vez en cada superficie posible y en cada posición. Tenía esta necesidad insana de estar dentro de ella.
La agarré por la cintura, presionando nuestros cuerpos juntos mientras ella gemía de placer al más mínimo toque. Llevé mi ma
