Punto de vista de Killian
Observé a Sheila mientras dormía pacíficamente. Después de un rato, se despertó en mis brazos. Lentamente, sus ojos azules se abrieron y se encontraron con los míos.
―Killian ―su peso se desplazó sobre mi pecho, su mirada fija en la mía. Aún sonaba débil. Acaricié su tierna mejilla, depositando un beso en su mejilla.
―Shh, no digas nada ―aparté sus mechones húmedos de su rostro―. ¿Cómo te sientes? ―le pregunté, inclinando mi cabeza hacia ella.
El rostro de Sheila se sonrojó, y enterró su cabeza en mi pecho.
―Me siento cansada y avergonzada ―su suave aliento se asentó en mi piel―. Es tan vergonzoso saber que toda la manada sabe lo que acaba de pasar entre nosotros, ya sabes... ―murmuró lentamente.
Sonreí, reprimiendo una risa ronca ante sus palabras. Sí, supo
