Dimitri ha estado una semana en casa de sus suegros, no la está pasando nada bien, ya que Rafael se ha encargado de hacerle su estadía muy complicada, por el hecho de que está conspirando en su contra. Dimitri aún no está muy recuperado, pero ha decidido salir de ahí.
—¿Dónde está mi esposa?
—¿Quién?
—Rafael, no me provoques.
—Tus lindos papis no están aquí para defenderte.
—No los necesito para encargarme de ti. ¿Dónde está ella?
—No la verás un tiempo. —Dimitri se levanta de su asiento, Rafael sonríe porque ha conseguido lo que deseaba, ya que si Dimitri lo golpea no habrá excusa para irse a los golpes.
—Me estás jodiendo la vida, sabes que ella es mi esposa. ¿Dónde está? —lo sujeta del cuello, ambos tienen la misma compostura.
—Pégame, o eres un cobarde. —Dimitri comprendió sus
