*JIMENA* Llevo siete meses de estudios, Dimitri no ha regresado, lo extraño a pesar de que hablamos a diario, todos estos meses me han servido de aprendizaje. Estoy frente al espejo y la mujer que veo a través de él no soy yo, al menos no la que llego aquí en aquella noche lluviosa. Me pongo melancólica al recordar mi vida en ese sitio. Algo que jamás olvidaré. En especial esa mujer apodada “la condesa” esa mujer jamás la podré olvidar, solamente le pido a Dios que nunca se ponga en mi camino. Voy al salón donde recibo las clases, ya la Miss ha llegado. Antes de entrar me encuentro con algunos empleados, los saludo y ellos amablemente me responden, en esta casa todos nos llevamos bien, ellos me tratan como si yo fuera la dueña de todo, si supieran que solamente vivo por la amabilidad de

