Mi dulce amor.

2582 Words
Ya te lo dije, vas a casarte con Clarity, ella es la única mujer indicada para ser tu esposa Harry, así que déjate de tonterías, debes proponerle matrimonio. La madre de Harry hacía todo lo que podía para obligar a su hijo a proponerle matrimonio a la chica que había sido perfectamente educada para ser la esposa del heredero de los Richmond. Harry observaba a su madre con una sonrisa cínica, él jamás le pediría matrimonio a Clarity, quien ya se creía su dueña, le contaba a todos que seria su esposa, una Richmond, de esa forma mantenía su dominio en la vida de Harry, pero este jamás le había hecho caso alguno, no deseaba casarse, menos con la mujer que su madre había elegido. — No me veas así Harry Richmond, Santo Cielo, tu padre estaría tan defraudado de ver el hombre en el que te has convertido. Esas palabras ponían a Harry de mal humor, pues su padre había muerto cuando él solo tenía 10 años, un buen hombre, Harry recordaba cuanto lo amaba, lo llevaba a sus viajes, siempre al lado de sus padres, jamás lo dejaba, aun cuando su madre decía que lo mejor era que se quedara en casa para estudiar, Fernand jamás lo dejo solo, su hijo era su mayor orgullo, le decía lo mucho que estaba orgulloso de él, que algún día haría grandes cosas en el mundo, que todos sabrían del nombre de Harry Richmond, pero que hasta entonces solo se divirtiera, jamás fue duro con su hijo, mucho menos lo obligo a hacer nada que no deseara, mientras cumpliera con sus obligaciones, su padre jamás le exigía mas, a diferencia de su madre que incluso le consiguió una esposa perfecta según ella. — Te equivocas madre, mi padre siempre me dijo lo orgulloso que estaba de mí, era un gran hombre, pero tú, incluso una esposa has conseguido para mí, Clarity es una maldita pesadilla, siempre le dice a todos que será mi esposa, me extraña que aún no use una sortija de matrimonio y diga que yo se la entregue, no pienso casarme con ella, ya te lo he repetido muchas veces, ella no es la mujer que yo deseo para mí. Su madre se enfurecía cuando lo escuchaba hablar mal sobre la dulce chica que había sido tan paciente con él, Clarity Franfort era de un buen círculo social, su familia era muy rica, educada, buen apellido, Belena estaba segura de que ella seria la esposa perfecta de Harry, pero este no la aceptaba, siempre se había negado. Harry era joven aun, no deseaba casarse, quería disfrutar su juventud, además tenía el apoyo de la matriarca de la familia, su muy amada abuela Sarah viuda de Richmond, la patriarca de la familia, dueña y presidenta de las industrias Richmond, la mujer era de un fuerte carácter, jamás permitió que aun cuando su esposo vivía le dieran órdenes, ella podía hablar frente a la mesa del comité haciendo a todos temblar si no le daban respuestas, era intachable y dura cuando se trataba de trabajar. — ¿Seguro? ¿Orgulloso de que exactamente? ¿De qué llegues a altas horas de la madrugada completamente ebrio? ¿De qué en mas de una ocasión hayas comenzado una pelea en un bar? De verdad, ¿crees que tu padre estaría orgulloso de esas maravillosas cosas que tú haces Harry Richmond? Harry se enfureció y sentía deseos de gritarle tantas cosas a su madre, apoyaba a una joven que solo buscaba una mejor posición, no se había preocupado en saber realmente quien era él, que era lo que a Harry le gustaba hacer, sus sueños, ella era tan banal, era aburrido siquiera intentar hablar con ella sin que tocara el tema de la sociedad, lo único que le preocupaba. — Gracias madre, como siempre tú apoyando a tu hijo, dime que se siente ser la madre del año, que opinas de la bella y dulce crianza que me diste, gracias a ti y a tus presiones soy lo que soy madre, o no lo recuerdas, la abuela quería que yo estudiara cerca para estar con la familia, pero no, por supuesto tú me enviaste al maldito internado mas lejano que existía, ¿Cómo puedes juzgarme tú a mí? Cuando tú jamás te has preocupado en realidad por mí, cuando enferme jamás estuviste a lado de mi cama para velar mi sueño, mi abuela ha sido mas una madre para mí de lo que tú lo has sido, ¿quieres juzgar a alguien? Comienza contigo misma, y por cierto, mi padre siempre me dijo lo orgulloso que estaba de mí, quizá me hizo falta en el camino para guiarme en algunas cosas, pero te aseguro que sé lo que él deseaba de mí, no tienes por qué venir con tus comentarios fuera de lugar, sé lo que hago madre, sé que no soy el hijo del año tampoco, pero lucho contra mis propios instintos, si supieras algo sobre mí, si te preocuparas por algo que no sea tu estúpida sociedad lo sabrías, pero claro, si no tiene que ver con tus amistades falsas no te interesa, que te quede claro, esa mujer no será mi esposa, antes me casaría con alguien de la servidumbre.... Esas palabras hacían enfurecer a Belena, ¿su hijo casado con una persona del servicio? Antes mataría a cualquiera que se atreviera siquiera a pensarlo... Harry camino hacia la puerta y de un portazo cerro con fuerza, la mansión tenía enormes y pesadas puertas, pero él no media su fuerza, sobre todo si estaba como ahora enfurecido, su madre lo hacía estallar a niveles que odiaba llegar, pero tenía una forma tan sencilla de hacerlo enfurecer. Harry entro a un despacho cerrando la puerta con fuerza, se recostó en el sofá color vino de piel que estaba en el lugar. Su abuela, que estaba tras el escritorio al verlo entrar de esa manera lo observo por unos segundos, se quitó las gafas y sonriente le dijo. — Por la manera en que has cerrado la puerta y no me refiero solo a la fuerza sino a la furia, supongo que has hablado con tu madre. Harry observo a su abuela y suspiro pesadamente. — ¿Cómo lo sabes? Le dijo de manera sarcástica, la mujer se puso de pie y se acercó a donde estaba su nieto, su único nieto, Fernand fue el único hijo que tuvieron ella y su esposo, habían tenido a una hermosa niña, pero murió a los pocos días, Sarah tuvo problemas y perdió la matriz, por ello la familia había sido tan pequeña, al mismo tiempo Harry fue el único nieto de la mujer, ya que su hijo falleció cuando él apenas cumplía los 10 años, la mujer amaba a su nieto, Harry era un buen muchacho, lamentablemente le había hecho falta la guía de su padre, él sufría, su abuela era la única que en verdad lo conocía, que de verdad sabía lo que ese joven padecía al haber perdido al hombre al que amaba con todo su ser, su padre, ya que la madre de Harry siempre fue una mujer superficial, la razón por la que termino como esposa de Fernand, fue que su padre, el señor Harry Richmond, abuelo de Harry y por quien llevaba su nombre, obligo a su hijo a casarse con esa mujer, Sarah no la deseaba como su nuera, sabía que no seria una buena madre, mucho menos que se preocuparía por su hijo, y así fue, cuando el pequeño Harry enfermaba su madre jamás cuido de él, Sarah sin embargo cuidaba del pequeño por horas, noches hasta que mejoraba, ahora lo quería obligar a casarse con esa mujer, con Clarity, que era como Belena, una modelo que solo serviría para que su nieto se viera bien. — Baja tus pies de mi precioso sofá o tendré que darte una paliza muchacho. Harry no podía evitar sonreír al escuchar a su abuela, una mujer fuerte, ruda, que había aprendido a manejar un negocio porque su esposo había muerto, siempre había sido de carácter, pero al morir el hombre tuvo que dejar de dudar y tomar las riendas de todo, empresas, negocios, y familia. — Eres una anciana bastante brutal y ruda. Para Harry era gracioso escucharla decir que le daría una paliza, una mujer de su baja estatura contra un monstruo musculoso como Harry, pues siempre se ejercitaba, aun que amaneciera con la peor resaca decía que eso lo ayudaba a superarlas. — Claro, que piensas patán, que podrías conmigo, soy una anciana dura de roer, puedo contigo y con todo el mundo. Decía la mujer haciendo sonreír a su nieto que parecía no estar de buen humor. — Te amo preciosa, creo que yo jamás voy a casarme, que te parece si te jubilas y nos vamos a vivir a la playa nana, viviríamos solo tú y yo, dejaríamos esta vida tan superficial atras, podemos trabajar vendiendo cocos en la playa. La mujer dejaba salir carcajadas al imaginar a su nieto trabajando en la playa, era un trabajo digno, pero ella sabía que Harry estaba acostumbrado a lo mejor tanto comidas, vestuario, lugares, accesorios, tenía todo lo que deseaba. — No suena mal, podríamos iniciar una nueva compañía, ¿Qué dices? Yo me anoto mi dulce amor. Ambos eran amorosos, no había amor mas grande para Harry que el que sentía por su abuela, la mujer siempre lo había protegido de las locuras de su madre, siempre estaba de su lado, no había nada mas importante para ella que su nieto fuese feliz. — Ahora dime, ¿Qué te hizo esa mujer que estabas tan irritado? Harry abrazo a su abuela y le contó sobre la pelea con su madre. — En ocasiones me gustaría que ella fuese distinta abuela, que no le preocupara que yo me casara con una mujer de sociedad, me gustaría poder elegir mi vida, mi mundo, claro, sé que algún día tendré que ayudarte con los negocios, sabes que agradezco que me des la libertad de elegir mi tiempo, pero ella quiere que le pida matrimonio a una mujer que no amo, que ni siquiera me agrada, Dios, esto es en ocasiones tan molesto, quisiera huir, pero hay algo que me ata a esta casa. La mujer lo veía confundida, ¿Cuál era el motivo que lo mantenía en el lugar? — ¿Y qué es? ¿Qué te mantiene aquí mi dulce amor? Harry beso su frente y mejilla, era su abuela, ella lo era todo para él, la amaba, la respetaba como a nadie, si alguien podría ponerlo en orden en cualquier momento era ella. — Tu mi precioso ángel, mi nana adorada, mi abuela la mujer que mas amor me ha dado, tú eres la razón por la que jamás podría irme de esta casa, quizá algún día acepte lo que mi madre me pie solo para estar tranquilo, pero jamás te dejaría abuela, tú me lo has dado todo, eres mi ejemplo a seguir, la única persona en la que confió, la única que me conoce a la perfección, que sabe realmente quien soy yo, lamentablemente en nuestro mundo no se tiene la confianza de hablar con sinceridad sobre un sentimiento. Su abuela lo beso en la mejilla, derramo una lágrima, pues en su corazón sabía el gran amor que ese joven tan apuesto y perfecto sentía por ella, con nadie se abría de esa manera, siempre era tan callado, con un rostro lleno de amargura, pero ella sabía que solo lo utilizaba para alejar a las personas. — Cuando llegaste a este mundo fuiste como una luz en mi vida, eras precioso, regordete, rubio como tu padre y tu abuelo, una copia de los Richmond, eras el orgullo de todos en la mansión, sé que algún día serás el hombre para lo que has sido destinado, sé que me amas, lo siento aquí, en mi pecho, pero por ahora no tienes que preocuparte por ello Harry, disfruta tu vida, vuela, pero recuerda siempre regresar a tu centro, tu base, tu hogar. Harry abrazo con fuerza a su abuela, cuanto ánimo le daba esa mujer cuando la necesitaba, ella era su ángel en la vida, se dice que todos tenemos una guía en la vida, y para el era ella, sabía todo lo que debía de él, como tranquilizarlo en sus momentos de asfixia, como ahora, una buena mujer que solo luchaba porque su familia no se desmoronara. — Te amo nana, eres la mujer mas bella del mundo entero. Su abuela sonreía, él era maravilloso, no comprendía como su propia madre no podía verlo, incluso parecía apreciar mas a esa mujer, Clarity que al pobre Harry. — Casi es tu cumpleaños mi dulce amor, y tengo un obsequio para ti. Harry limpio las lágrimas de la mujer antes de ayudarla a ponerse de pie. — Sabes que no tienes que regalarme nada, tengo todo lo que deseo en la vida abuela. Pero la mujer tenía un obsequio para él. — Tu padre, antes de morir, me dio dos obsequios para ti, uno te lo daré hoy, y el otro el día que él me indico. Harry se sorprendió, no sabía que su padre le había dejado obsequios, aun después de tanto tiempo su padre seguía presente. — ¿De verdad? ¿Mi padre me dejo obsequios? Su abuela abrió la caja fuerte, ella sacó una caja que tenía algo dentro. — Era de tu padre, y antes de el de tu abuelo, y antes de el de tu bisabuelo, ha estado en la familia varias generaciones, algún día tú se lo darás a tu primer hijo, pero tu padre mando hacer algo para ti, una dedicatoria, es un costoso reloj de oro puro con diamantes, pero no es el valor monetario lo que lo hace valioso, si no el tiempo y el propósito que tiene. Harry tomo la caja y al abrirla tal y como su abuela se lo dijo, pudo ver que era una pieza fina, antigua, preciosa. Al revisarlo pudo ver el grabado en la parte de atras de las manecillas. ····Harry··· Eres mas fuerte de lo que crees Más valiente de lo que imaginas Mi ser te dio la vida, pero mi corazón estará siempre a tu lado ···Tu padre····· Harry no pudo evitar derramar una lágrima al leer esa preciosa dedicatoria, aun con el tiempo que ha pasado su padre supo como alentarlo a seguir adelante, su ser le había dado la vida, pero el corazón de su padre siempre estaría con él. Lo tomo y lo pego a su pecho, agradeció a su abuela por ese precioso momento, le agradecía que no hubiese sido en público, si no en privado para disfrutarlo como era debido. — Ahora deja de quitarme el tiempo muchacho, tengo cosas que hacer. Dijo su abuela intentando cubrir sus ojos rojos, las lágrimas de la emoción se derramaban. — Ve a divertirte, la fiesta será el próximo sábado, así que no hagas planes y te quiero listo para recibir a nuestras amistades. Harry sonrió y salió del despacho de su abuela después de besarle de nuevo, cuanto amor sentía esa mujer por su nieto, que a pesar de la vida tan loca que llevaba sabia que algún día se tomaría el control de la misma....
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