Me hablas de darte tu lección del día, ¿sabes cuál fue? Dejarte fuera, podía haberte recibido, pero llegaste 12 minutos tarde, como tú dices, mi tiempo es tan valioso como el tuyo, esa mi querido Richmond, fue la primera lección del día, tu padre jamás, nunca llego tarde a una reunión, ¡nunca!
Harry observo al hombre incómodo, estaba ahí, llego poco mas de 10 minutos tarde y lo había dejado casi 3 horas esperando, eso era una estupidez.
— ¿Así que dejaste que esperara casi 3 horas por 10 malditos minutos tarde? Es una completa tontería.
Pero Arturo no pensaba dejar pasar una sola insolencia mas de Harry.
— Me demuestras cada vez que hablas que no tienes nada de tu padre, solo un parecido físico con él, tenía una forma de trabajar y tratar a las personas, con tanta decencia y amabilidad
