Henry se despertó muy temprano esa mañana, encontrando que su linda y dulce esposa no estaba a su lado en la cama, eso le pareció muy extraño a Henry. Confundido, entró al baño y se dio una ducha, luego notó que la maleta de Aneli estaba vacía y toda la ropa que ella había guardado para el viaje que harían, estaba de nuevo en su lugar. Preocupado dijo: ¿Qué está pasando con Aneli? ¿Porqué este cambio tan repentino? Henry bajó de su cómoda y amplia habitación para buscar a su esposa. Aún era muy temprano y en la casa solo se escuchaban los pasos de los sirvientes limpiando y ordenando todo antes del desayuno. Buenos días señor D Niro... El mayordomo lo saludo con naturalidad, y Henry, hombre orgulloso no deseaba ventilar delante de su confiable y discreto mayordomo qué algo andaba

