Y él era simplemente lo mejor que había tenido en cuanto a sexo puro, por mucho que la jodiera un poco admitirlo. No es que lo dijera de buena gana, era más bien un hecho a estas alturas. Aunque fuera algo que hacía por su marido, no podía negar que disfrutaba del sexo con él. Él sabía qué hacer con ella. Tanto que cuando la mano de Tony subió por su muslo, ni siquiera se dio cuenta al instante. "Vamos, Tony, ahí están", murmuró Louise con urgencia, señalando con la cabeza a sus padres, que seguían viendo la tele. Tony rió entre dientes, pero retiró la mano. Louise suspiró, pero se recompuso. "Bien. Bueno, qué bueno que puedas aceptar un no por respuesta", dijo Louise, terminando sus notas, y se levantó para irse. "Bueno, creo que hemos terminado por hoy. ¿Tienes alguna pregunta?" —Vamo

