Cuando la licuadora terminó los batidos, Louise los vertió en dos vasos.
"Salud", se rió Tony, sosteniendo su vaso en alto.
Louise chocó su copa con la de él. "Salud."
Ambos bebieron sus batidos. Estaban buenísimos, como siempre. A Tony también pareció gustarle, pues se los bebió enteros de un trago.
"Hay algo que quería preguntarte", empezó Tony, pero dudó un momento. Louise arqueó las cejas para que continuara. "Últimamente me duele muchísimo y me da miedo hacerme un tirón. Sé que debería estirar, pero a veces no es suficiente. He oído hablar de terapia muscular y quiroprácticos, pero también he oído que todo eso es pura palabrería. ¿Alguna sugerencia?"
A Louise le sorprendió la pregunta. En lugar de intentar seducirla, volvió al tema que los había traído allí. Tony, por iniciativa
